El Betis tiene algo parecido al Sporting. Su afición venera el significado de su equipo como si fuera una religión, aunque en los 90 minutos de mañana se disputarán tres puntos, como en cualquier otro partido. Lo que sí emanará de las gradas es un mayor grado de pasión.
El Sporting llega al partido tras un preocupante final liguero. A la plantilla descompensada hay que sumar los bandazos en las alineaciones. El Betis tampoco está para tirar voladores, aunque puede ampararse en los dos últimos triunfos de 2011. El conjunto de Preciado dio muestras de que se puede esperar de su rendimiento mucho más de lo que ahora dice la clasificación.
Empezar bien el año sería importante. Además de la suma de puntos, la carga sicológica de estar en posiciones de descenso tiene su influencia. La duda que transmite el Sporting es qué equipo se dejará ver en el Benito Villamarín, uno parecido al de Vallecas o al del campo del Levante.