El Sporting causó una buena sensación en su visita al Camp Nou, donde llegó a asustar al que está considerado como el mejor equipo del mundo. No hay más que ver la relación de títulos ganados con Guardiola.
Me sorprendió Clemente con la alineación. Creo que no la hubiera acertado nadie. Pero hay que reconocer que tenía su fundamento para tratar de cortarle las alas al Barcelona. Fue una sorpresa, pero no hay nada que objetar. Todo lo contrario. Y en el tema de los dos cambios de una tacada, la reacción que tuvo el entrenador fue motivo de elogio.
La pena fue la genialidad de Keita. Si no le sale ese disparo tan perfecto, ahora estaríamos algo más contentos, en una jornada en la que casi todos los marcadores le vinieron bien e al Sporting, menos el del Camp Nou, claro está.
El equipo de Clemente llevó elogios en Barcelona y los seguidores rojiblancos que estuvieron en el campo azulgrana no salieron enfadados, pero este tipo de premios morales no tienen ninguna repercusión en la clasificación. El ex jugador rojiblanco Manolo Jiménez recordaba en su última intervención en Canal 10 el desarrollo de la temporada 1981-1982, en la que el Sporting, que se salvó en la última jornada, dejaba buena imagen en casi todos los partidos, sobre todo de fuera de casa, pero con resultados de derrota, lo que puso de moda aquella frase famosa de “jugamos como nunca, pero perdimos como siempre”.
La imagen del Sporting en Barcelona no fue la de un equipo que ocupa puestos de descenso, pero la realidad es otra. Ahora lo que hacen falta son puntos y olvidarse de palmadas en la espalda, elogios y premios morales. Hay que empezar a subir en la clasificación, empezando con un triunfo el sábado.
Ante el Sevilla, un triunfo no significa la permanecía, ni una derrota es el descenso, pero la necesidad está clara y de El Molinón no se puede escapar un punto más.