La visita del Sevilla a El Molinón se ve como un partido clave. Vuelve la letanía de que una derrota no te envía a Segunda, ni un triunfo vale la permanencia, pero después de los resultados del pasado fin de semana, las distancias no aumentaron y las esperanzas de seguir en la Liga de las Estrellas se mantienen para la parroquia rojiblanca.
El Sevilla es un buen equipo, bien compensado, con una defensa contundente y una delantera rápida y peligrosa, sobre todo por las bandas, con Navas y Reyes. También es un equipo que con Míchel tiene más toque, lo que puede venirle bien al Sporting, si aplica una intensidad en el partido, con agresividad, que no significa violencia. Las gradas de El Molinón van a estar a reventar, lo que es un plus añadido.
El sportinguismo echa sus números, que pasan por sumar de tres en tres. Los del sábado hacen mucha falta, por la suma y por la repercusión anímica que tendría para todos, jugadores y afición.