Se presentó Manolo Sánchez Murias como nuevo entrenador del Sporting. Por lo visto en sus primeras declaraciones, tiene las ideas claras y asume el reto de luchar por el ascenso, con la presión que ello conlleva. En su caso, como gijonés y sportinguistas es un orgullo y una responsabilidad que necesitará el apoyo de todos. Los primeros, el consejo y el cuerpo técnico.
De nada vale dar un respaldo a un técnico si no se le hace una buena plantilla. Esa parcela es de Lozano, quien en una nueva etapa ya debería tener los conceptos claros de lo que necesita el equipo, en función de las limitaciones. El precedente del caso Rivera no debería repetirse, sobre todo porque se trata de un jugador muy válido y con madera de líder para una campaña tan complicada como la que se avecina.
La época actual es complicada, porque hay que buscar los recambios a las vacantes, hay que negociar las salidas de los que no valen y acertar de pleno. Épocas pasadas, con ejemplos negativos, sería conveniente no repetirlos, por el caro coste que suelen tener.