Lo mejor del Sporting ante el Villarreal fue el triunfo, porque el juego estuvo cargado del nerviosismo y la inseguridad que caracteriza al conjunto de Manolo Sánchez. Antes de la expulsión de Bruno, los rojiblancos causaron una pobre impresión, en un partido que empezaba a verse perdido. La superioridad numérica y el gol de David cambiaron el panorama, pero no el guión del encuentro.
El Villarreal tuvo mucho toque, pero sin efectividad, de lo que gran parte de culpa la tuvo la línea de cobertura del Sporting. Gregory no empezó bien, pero mejoró, mientras que Iván Hernández fue de los mejores, con un fenomenal trabajo de Barrera por delante. Estuvo entonado Canella, en una función práctica, y dejó dudas Luis Hernández, aún algo tierno para este tipo de compromisos.
Sin embargo, en esta ocasión el triunfo no dejó contenta a la parroquia rojiblanca. El juego sigue sin gustar, porque este Sporting no da la talla esperada. Está demasiado atenazado por la situación. Se ganó, sí, pero… Y ojo a la condición física. En el segundo tiempo, los rojiblancos estaban fundidos.