Mucho esfuerzo, para tan poco premio. Puede ser el resumen del encuentro ante Las Palmas, en el que el Sporting hizo mucho gasto, pero con unas ideas difuminadas por la tensión y el nerviosismo. La situación en la clasificación parece que pesa en exceso. Esa puede ser la causa de que haya tan poca serenidad a la hora de jugar, con muchas prisas y demasiadas imprecisiones en los pases. Esos defectos se pagan.
Las dinámicas suelen tener sus fundamentos. La de Las Palmas, muy positiva, está basada en la confianza de sus jugadores, en el atrevimiento y en la calidad, como puede ser el en caso de Thievy, un futbolista espectacular, que ya el año pasado marcó un gol en El Molinón con el Espanyol. En el caso del Sporting, la falta de acierto adelante se suma a las debilidades defensivas. Otro fallo en cadena originó el gol de Las Palmas. Y menos mal que David apareció para poner el empate en el marcador. Otro aspecto que sorprende es el bajón físico del equipo en el último cuarto de hora.
Las posiciones de play off se encuentran cada vez más lejos, aunque no se tira la toalla. Aún quedan tres partidos en diciembre, antes de que lleguen los refuerzos. Un central es obligado. Tal vez dos. Y un lateral derecho también sería conveniente, pero, por supuesto, que mejore el nivel actual.