Viene el Xerez a El Molinón. Es otro equipo de los que se pueden denominar accesibles, que son de los que más complicaciones le crearon a los rojiblancos, quienes hasta ahora no tuvieron la capacidad precisa para ganar a alguno de los que están por debajo en la clasificación.
En una de las cuentas se engloba en un paquete de dos partidos, ante el Xerez y el Huesca, pensando que dos triunfos sembrarían fundadas esperanzas de reengancharse al aún lejano play off. Otra abarca los cinco partidos que faltan para acabar la primera vuelta, de los que cuatro serán en casa, con una salida a Huelva antes de que pasen por Gijón el Mirandés y el Numancia.
Hacer cuentas no deja de ser una forma de tener ilusión. Hasta ahora se llevan muchas, pero cada semana que no se ganaba daban la vuelta. En uno de esos casos estamos tras el punto de Córdoba. Así llevamos un mes y medio.
El primer punto de atención ahora es el Xerez. Luego llegará la junta de accionistas, que se presenta más polémica que interesante, con unas normas contables que distan mucho de aquellas en las que se permitía llevar las recaudaciones de los partidos en bolsas de plástico para los domicilios de los entonces llamados directivos, para contarlo y contabilizarlo al día siguiente en los despachos de la plaza del Monte de Piedad. De aquella no se conocían los estadillos de taquillas, ni los planillos de controles de tornos, ni nada similar. Lo que tenía que sufrir don Plácido. Pero, lo dicho, que primero es necesario ganar al Xerez. Sin mas disculpas.