El primer objetivo del partido ante el Huesca era la victoria. Se cumplió. El juego del Sporting no fue bueno. Por momentos rayó la desesperación. Es difícil pensar que un equipo con este nivel futbolístico pueda pensar en el ascenso, pero esa ilusión no se puede quitar.

Echamos de menos a Trejo. Mucho. Tal vez demasiado, pero es que el argentino es un virtuoso del balón, marca las diferencias, ofrece espectáculo y es un futbolista del que se puede esperar algo, lo mismo que de Miguel de las Cuevas cuando está bien. Ayer, el centro del campo sirvió para recuperar balones, pero las ideas estuvieron ofuscadas ante un rival ordenado, que se cerró bien. Son los que peor le van al Sporting.

Lo importante era ganar, para seguir con ilusión, aunque se sabe que la clasificación aún está complicada, porque se mantiene la distancia de siete puntos con el play off. Ahora es tiempo de analizar la plantilla, concretar la llegada de refuerzos y pensar en mejorar. Aunque en Huelva ya estará Trejo y se sigue esperando por De las Cuevas, hace falta algo más. De momento, con un triunfo las fiestas son más felices.