Empieza la segunda vuelta, en la que los cálculos son sencillos para el Sporting. Con 26 puntos sumados en una horrible primera vuelta, la experiencia dicta que es preciso llegar a unos 70 puntos.

Hace dos años, el sexto clasificado fue el Celta, con 67. En la campaña anterior, ese puesto lo ocupó el Córdoba, con 71. Las matemáticas son fáciles de cuadrar. En función de cómo se desarrolle la competición, en la segunda vuelta será imprescindible para el Sporting sumar entre 39 y 45 puntos. Según esta teoría, el Elche tendría el ascenso casi asegurado y el trío que contabiliza 38 puntos, compuesto por el Almería, el Alcorcón y el Girona, será muy complicado que queden fuera del play off. Ya son cuatro, para un cupo de seis, al que también aspiran el Villarreal y Las Palmas, más alguna que otra sorpresa.

Para no verse agobiados por la presión, es probable que en el seno del club rojiblanco se escuche una frase muy habitual de que “hay que ir de partido en partido”, pero hasta ahora, la traducción de la citada frase parece que es la de ir de empate en empate, camino que sólo lleva a luchar por eludir el descenso. Ese objetivo es muy lejano del fijado a principio de temporada.

Convendría no olvidar que el Sporting es el segundo presupuesto de la categoría y la plantilla es de las mejores, en teoría. Sin embargo, la trayectoria actual es un estrepitoso fracaso.

Sandoval hizo estos días varias pruebas con la alineación que presentará ante el Numancia, un equipo que recibió con miedo a los rojiblancos en la primera vuelta, hasta que se apercibió de que el conjunto gijonés no asustaba. Y así ganó el partido. Es un dato que convendría tenerse en cuenta.

Otro análisis es que con el aparente 4-3-3 que aplica Sandoval, con tres delanteros centro específicos repartidos entre el eje del ataque y las bandas no se ven muchas soluciones para ganar los partidos, con uno o dos fuera de sitio. De todas formas, cualquier planificación es buena si los tres puntos del domingo quedan en El Molinón. Lo que único vale es acertar.