El fin de semana nos dejó la primera victoria del Sporting en el nuevo año, con una ampliación de distancia con los puesto de descenso, lo que significa un respiro, y un acercamiento casi inapreciable con la zona el play off, que apenas modifica las ilusiones. La mareona pudo disfrutar de un triunfo en el Ángel Carro, que significa un respiro cuando ya se había empezado a mirar hacia abajo.
La actuación del Sporting en Lugo fue irregular, sobre todo en un fase del segundo tiempo, en el que, con superioridad numérica de los gijoneses, por la expulsión de Seoane, la combatividad e intensidad de los gallegos sorprendió a los de Sandoval. La reacción llegó en la fase final con un buen toque de Bilic y una finalización perfecta de Trejo.
El triunfo de Lugo debe servir para hacer un análisis profundo, porque el tono de juego no dejó un buen sabor de boca. Ante un rival de mayor potencial difícilmente se hubiera conservado una ventaja como la que tuvieron los gijoneses desde el minuto tres, sin aprovechar las oportunidades para haber sentenciado con antelación y dando unas facilidades absurdas que pusieron en peligro un triunfo muy necesario. La mentalidad que tiene este Sporting parece excesivamente débil por momentos.
Algo tendrá que hacer Sansoval ante los próximos partidos, ante rivales de la zona alta. Primero toca brindar por la victoria, pero sin olvidar que este Sporting puede dar más de sí, porque tiene una plantilla de la que se espera un rendimiento sensiblemente mejor.