La semana en el Sporting y su entorno fue menos intranquila gracias al triunfo de Alcorcón. Los puntos amansan a las masas, aunque la parroquia rojiblanca no esté contenta, porque la clasificación del equipo lleva una línea de fracaso. En el seno del vestuario se mantiene el convencimiento de que la recuperación total aún es posible.
Dice Bernardo que hay que dar un puñetazo encima de la mesa. Tiene razón, pero hace tiempo que se debía haber dado, tanto en el vestuario como en la planta noble. En cualquier caso, la prioridad ahora es ganar al Girona, un rival de posiciones de play off que llega a Gijón con la baja del goleador Benja, pero con la amenaza de Jandro, a quien casi siempre se le dio bien el conjunto gijonés. De todas formas, no es para echarse a temblar, porque este Sporting tiene capacidad suficiente para ganar este partido, si bien nadie espera que sea fácil.
La semana dio mucho que hablar. Entre otras cosas, con el clásico, que esta vez fue blanco, a la espera del menos llamativo que se jugará el sábado, los líos de antideportividad del Sánchez Pizjuán y la retirada de Paradas Romero, de mal recuerdo para la afición rojiblanca. Aquí no se olvida el famoso gol del Villarreal o la mano mágica de Van der Vaart en el Bernabeu. Fueron algunos de los atractivos, además del retiro del Papa, de una semana en la que se espera que el colofón sea el triunfo del Sporting sobre el Girona, equipo que, por cierto, ya perdió esta temporada en El Molinón en la Copa.