Superado el efecto de la traumática derrota de Villarreal, el Sporting y el sportinguismo sólo pueden pensar en el encuentro contra el Barça B. En otras épocas, la visita de un filial significaba la llegada de un grupo de críos en formación, que, por lo general, no solían poner excesivos problemas, más que los propios de un equipo con calidad, pero sin experiencia.

En este caso, el simil no vale, porque el filial azulgrana es un equipo con mucha calidad y con un grupo de jugadores ya formados para dar el salto a la Liga de las Estrellas si el primer equipo los precisara. Además, no es un filial al uso que se nutre de su cantera. En el conjunto barcelonés hay futbolistas de varias nacionalidades, además de jugadores de otras provincias españolas. Es un club que tiene un potencial que le permite buscar en otras canteras, incluida la asturiana. Ahí está el caso de José Aurelio Suárez, salido del Roces en edad cadete, a quien en su momento el Sporting llegó tarde.

De todas formas, al margen de la calidad del rival, el Sporting también tiene sus buenas cualidades, con un potencial que permite pensar que el triunfo es posible, además de necesario. No lograrlo el sábado significará no tener más margen para cuadrar las cuentas. Es mejor pensar en que se va a ganar. No queda otra.