La actuación del Sporting ante el Hércules fue la gota que hizo rebasar el contenido del vaso de la paciencia de la parroquia rojiblanca. La plantilla da sensación de estar bloqueada en una situación que se generó desde el propio vestuario. La imagen ofrecida ante los alicantinos no es admisible y no tiene ningún género de disculpas.
Hacía tiempo que el milagro estaba olvidado, incluso en la planta noble, donde entre el consejo y el cuadro técnico ya se prepara una metamorfosis casi total en la plantilla. El objetivo lleva implícito la necesidad de cambiar, sobre todo, de mentalidad. El plantel formado para esta temporada no dio la talla, por lo que ahora se buscará otra fórmula, mientras quedan seis jornadas que se van a hacer muy largas.
Está claro que este año fue un fracaso, que se suma al anterior del descenso. De ambos hay que sacar conclusiones, de las muchas cosas que se hicieron mal. Se preparará una nueva época, con Sandoval renovado para dos años. El compromiso no está firmado, pero después de la presentación oficial se asume como tal. En la grada no hay un buen concepto del técnico de Humanes, por lo que la próxima campaña puede empezar viciada. Por eso hay que mirar atrás y analizar los errores cometidos para no volver a tropezar en la misma piedra. Y que los dirigentes no olviden que a afición está cansada, muy cansada, que es lo más peligroso. La última gota rebasó el vaso.