El Sporting entra en la última semana de preparación de la pretemporada, antes de meterse de lleno en que dará paso a la competición liguera, sin que la plantilla esté aún perfilada del todo.

Los problemas financieros provocan que el grupo deportivo se debilite, en comparación con el de la campaña anterior. No hay más que comparar los que se fueron y los que llegaron. Las bajas fueron Juan Pablo, Raúl Domínguez, Borja, Gregory, Ricardo, Landeira, Juan Muñiz, Trejo, Sangoy, David Rodríguez y Bilic, a quienes pueden sumarse en breve Pedro Orfila y Sergio Álvarez, a la espera de negociaciones. Las llegadas fueron las de Alberto, López Garai, Hugo Fraile, Isma López y Scepovic, además de la repesca de Bernardo, Bustos y Casquero. A ellos se suman los ascendidos Álex Menéndez, Jara y Guerrero, más los juveniles Julio y Álex Serrano.

Los objetivos pasan por cuadrar el presupuesto, para lo que es preciso buscar soluciones con los jugadores que tienen unas fichas que no se pueden asumir con los ingresos actuales. Si no hay forma de aumentar las entradas de dinero, hay que buscar la salida de jugadores. En esa incertidumbre están los afectados de la plantilla y el cuadro técnico, lo que a estas alturas es un factor negativo.

Lo ideal es que siga Canella, porque es el mejor para su puesto, y Cuéllar, para dar competitividad a la portería, así como Lora, quien parece uno de los que está en mejor forma en este inicio de temporada. Sin embargo, el dinero manda y a menos de dos semanas del inicio aún no se sabe cómo se cerrará la plantilla.

En los objetivos se viene trabajando hace tiempo, pero la realidad es otra diferente.