Antes del inicio de la competición se apreciaba que alguna de las primeras jornadas iba a ser complicada para el Sporting, principalmente por el potencial de los rivales. En la tercera fecha del calendario liguero llega el Mallorca, recién descendido con la mayoría del potencial de la pasada campaña, lo que le otorga la vitola de favorito para el ascenso.
Eso mismo le pasaba al Sporting en la pasada campaña, que empezó como los baleares, con derrotas en las dos primeras jornadas. Sin embargo, las cosechadas por el conjunto bermellón fueron más sonrojantes, por las goleadas. De todas formas, según los análisis de Sandoval, los resultados de los mallorquines tienen algunos atenuantes porque, pese a las fuertes derrotas, enseñaron algunas fases de buen juego y también fabricaron ocasiones de gol, pero con un problema habitual en Segunda, que es la finalización incorrecta.
El Sporting de Sandoval tiene aspecto de ser un equipo más sólido y serio que el de la pasada campaña, aunque menos vistoso. En esta categoría, lo bonito vale de poco. Ante el Castilla, el Sporting no tuvo la posesión que le gusta a Sandoval, pero ganó. En Huelva, además de un grave error arbitral, la falta de contundencia ofensiva impidió una victoria que hubiera sido más merecida que el empate. De todas formas, la llamada media inglesa es buena para puntuar. Ese ritmo, complicado de mantener, aseguraría el anhelado ascenso.
Un aspecto positivo es que pese a que el Mallorca llega sin puntuar y con ocho goles recibidos en dos jornadas, en el bando rojiblanco no hay confianza, ni relajación para recibir a un rival irregular. Ganar siempre es necesario, pero en esta ocasión, los tres puntos tendrían un valor muy especial. Significaría meterse desde el primer momento en la zona noble.