Antes del inicio de la Liga de las Estrellas, en los cálculos de los equipos modestos está no sumar puntos ante los dos gigantes que dominan la competición a golpe de talonario. Todo lo que sea lograr algo positivo ante el Real Madrid y el Barcelona parece un plus añadido, que bienvenido sea.

El Sporting empezó la Liga como víctima propiciatoria de un rival que tiene un potencial ofensivo extraordinario. Sin embargo, el orden táctico de Abelardo se encargó de enmarañar el arte de Isco, la rapidez de Bale o el virtuosismo de Cristiano. Jesé, un buen futbolista, no parece un ‘9’ para un equipo de las aspiraciones del Real Madrid. En cualquier caso, el mérito de los rojiblancos debe ser más destacable que el demérito de los monstruos sagrados ‘merengues’.

En el partido contra el Real Madrid, el conjunto de Abelardo dio una lección de pundonor y, sobre todo, de disciplina táctica. Quizá en Primera División entiendan ahora los motivos de que este equipo haya perdido sólo dos partidos en Segunda. Los ‘guajes’ se dedicaron a hacer diabluras desde el primer momento, empezado por un Cuéllar espectacular, siguiendo por dos centrales que mantienen la línea sobresaliente de la pasada campaña, dos laterales de alto nivel y dos centrocampistas todoterreno. Adelante hay gente luchadora, que está pendiente de confirmar sus aptitudes de eficacia ante el marco contrario, aunque eso queda para las siguientes confrontaciones. En esta no era la exigencia prioritaria, aunque no hubiera estado de más.

El primer partido de la temporada fue para disfrutar, con la moral elevada, lo que motivos fundados de que el objetivo de la permanencia es muy posible,si se mantiene esta línea de juego. Es posible que este Sporting marque pocos goles, pero hacérselos parece muy complicado y punto a punto se puede llegar a una zona cálida. A ver qué pasa en San Sebastián.