El partido de Gerona confirmó la buena trayectoria del Sporting, sin derrotas en las trece salidas realizadas en las que el equipo de Abelardo sumó tres triunfos, en los campos del Numancia, Mallorca y Ponferradina, y diez empates.
Una vez más, el equipo rojiblanco hizo una primera media hora espléndida, como hizo en Sabadell o en Ponferrada, aunque en esta oportunidad le faltó acierto en los metros finales. Es la asignatura pendiente del Sporting esta temporada, en la que demostró tener unas ideas defensivas que echó de menos en la campaña anterior y un centro del campo dinámico, con un estilo que tampoco tenía en la pasada Liga.
La diferencia es que en la temporada actual no hay dos peloteros para la delantera como eran Scepovic y Lekic en la anterior, en la que no fueron aprovechados en su justa medida, con un equilibrio que existe con Abelardo. De toda formas, hay materia con garantías para la delantera, si bien es necesario tener confianza en jugadores jóvenes como Carlos Castro o Pablo Pérez, con calidad y visión de gol, así como con Ndi, con quien hay que trabajar bastante más para que cambie la mentalidad y empiece a pensar primero en el equipo. Los encajes de bolillos hay que hacerlos cuando los marcadores estén asegurados. Antes debe tenerse en cuenta que el primer espectáculo del fútbol es ganar.
En cualquier caso, un empate en un campo como el del Girona es un buen resultado. No hay más que ver que Las Palmas ganó a un rival que flirtea con el descenso con una victoria mínima, que el Valladolid venció a un contrario en inferioridad numérica de penalti y que el Betis y el Zaragoza no pasaron del empate en el campo de dos conjuntos que ocupan plazas de descenso.
El empate en Montilivi fue un buen resultado y la línea del Sporting mantiene un tono esperanzador. El único lamento es la lesión de Cuéllar. Su ausencia obliga a confiar en Alberto. En el campo gerundense dio motivos para ver que también transmite seguridad.