El Sporting cumplió con su objetivo del fin de semana, que era ganar al Sabadell. Los rojiblancos hicieron sus deberes, aunque desestimaron aumentar el marcador final hasta el nivel de goleada, lo que podrían haber servido para apretar más al Girona, que rival directísimo en la lucha por la segunda plaza.
Ante el Sabadell, el conjunto de Abelardo causó una buena sensación en el primer tiempo, aunque con algunas prisas, además de un penalti clamoroso que se tragó el balear Sureda. No se le dio importancia, porque pronto llegó el primero gol y, casi a continuación, el segundo. Tras el descanso, el Sporting ofreció una imagen irregular, con ataques a ráfagas y síntomas de debilidad defensiva, fundamentada en el exceso de confianza. Ese no es el camino, aunque con dos goles de ventaja pueden permitirse determinadas licencias.
Queda una última jornada. El play off está asegurado en la tercera plaza. El ascenso directo depende de una carambola. Es necesario ganar en Sevilla, al Betis, por dos goles de ventaja, si el Girona empata. Si el conjunto catalán pierde, vale el triunfo. Parece complicado, porque el equipo gerundense ofrece una imagen de fortaleza y lleva mucho tiempo sin fallar. El último ejemplo fue en Palma de Mallorca, donde tuvo unas dificultades que volvió a superar.
De todas formas, hay que tener presente que en el fútbol todo es posible. Hay muchos ejemplos, como el famoso partido del Sporting en Castellón, en la penúltima jornada de la temporada del último ascenso, o las dos ligas que todo un Real Madrid perdió en Tenerife, en los años 90. A ver si hay carambola en Motilivi y Heliópolis. Si no es así, nos queda el play off, sabiendo que primero habrá que luchar contra el Zaragoza o la Ponferradina y luego ante Las Palmas o el Valladolid.