Vamos a tener un Molinón remozado y hasta remodelado. ¿Cuándo? Eso ya se verá. Vamos a tener un campo con un aforo superior al actual. ¿Para cuántos espectadores? Todavía no se sabe. Se sabrá en su momento.

También está prometido que van a hacer unos vestuarios nuevos. Dicen que para el inicio de la próxima temporada. Eso ya será parcela de la empresa Ruta de El Molinón, que también se encargará de las fachadas, las gradas, los locales comerciales, los bajos para uso del club y otras dependencias de las tribunas. ¿Se cumplirán los plazos como hasta ahora? Las obras iban a comenzar en julio, pero del año pasado, coincidiendo con la celebración de la Semana Negra.

Ya se sabía que eso de campo nuevo no iba a ser posible, al menos con la actual corporación, la misma que hipoteca el estadio gijonés para 40 años. El caso es que se van a hacer obras importantes. Dicen. El único y pequeño problema es que no se sabe cuando, ni cómo. Tal vez para eso se nombró una comisión de seguimiento formada por la empresa adjudicataria, el club y el Ayuntamiento.

Nada nuevo, nada que no se sepa. Que habrá obra y que ya se irán sabiendo cosas con el paso del tiempo. Mientras, los usuarios de El Molinón son los que sufren los inconvenientes de una instalación obsoleta. En la Liga de las Estrellas se notará más.

Gijón tiene una afición de Champions y un equipo de Primera. Pudieron comprobarlo los señores concejales que participaron en las fiestas tras el triunfo sobre el Eibar. Sólo le falta un campo de fútbol en consonancia. Como tienen en casi todas las ciudades, en las que se actúa con previsión. Aquí de eso no hay. Nadamos en la improvisación. Y gratis, si puede ser. Seguro que sobrarán los que estén contentos con el nuevo ‘proyecto’. Tiene que haber gente para todo.

Me pregunto si con Tini Areces de alcalde habría pasado esto. Creo que no. En esta ocasión confiaba más en Sariego. En fin, otra vez será.