El Sporting busca un central y un lateral. Eso es lo que se admite, incluso oficialmente, desde el seno del club. El tema económico es un inconveniente, aunque, por otro lado, el presidente quiere analizar todas las opciones para estudiar si hay posibilidades de fichar dos jugadores en los que sea aconsejable hacer un esfuerzo importante.
El club tiene una partida económica preparada por si puede liquidar en este ejercicio una buena parte de la deuda consursal. Sin embargo, en función de las negociaciones, podrían quedar disponible un par de millones de euros, si se ajusta el presupuesto al límite en el resto de las partidas.
Desde algún sector del club se le pidió a Herminio Menéndez una lista de jugadores. Ni el consejo, ni el cuadro técnico han solicitado listas a intermediarios. Eso dicen. Debe ser cosa de los accionistas importantes, aunque José Fernández dice que no interviene en el día a día del club y Vega-Arango rechaza que se le maneje desde fuera. Herminio, lo mismo que Pepe Mesas ó Gelu Rodríguez, por citar algunos ejemplos, presentan sus productos, como vendedores que son.
Al margen de cómo se hayan producido los acontecimientos, Emilio de Dios examina un DVD de Wescley Pina Gonçalves, defensa que juega en un equipo de Segunda División de Brasil, el Criciuma. No se pudo llegar a las cifras de Simic, un croata del Milan que acabó en el Mónaco, cuyo precio era de algo más de un millón de euros por una temporada. Bilic me dice que es un extraordinario jugador, un defensa de auténtica garantía. El soplo llegaba desde el entorno del Milan, coincidiendo con las negociaciones para venir a jugar a Gijón.
Que el brasileño sea un desconocido no debe ser un impedimento para su fichaje. Lo normal es los técnicos se aseguren de qué tipo de jugador contratan. Jugadores con una trayuectoria casi desconocida tuvieron éxito en España, pero el Sporting no tiene la estructura del Sevila, por ejemplo.
Los objetivos tienen planteamientos tan dispares que siembran desconcierto, mientras que el equipo no da la talla en la pretemporada en la que todos los argumentos están encaminados a justificar la decepcionante imagen ofrecida en los partidos. Al margen de la tremenda carga de trabajo físico, que no se hayan entrenado aún los tiros a puerta y la velocidad no quiere decir que a los delanteros se les haya agotado el instinto ante la portería contraria.
Me gustaría ser un ingenuo creyente y pensar que las penurias de los primeros partidos amistosos van a disiparse a partir del día 31. Sería más conveniente que la mejoría empezara en Pontevedra. Lo visto hasta ahora no gusta.