Perece que todavía no vamos a ver a Jürgen Colin, el tulipán descubierto en el Ajax, descartado por Van Basten. Encaja bien el título de aquella película de Alain Delon y Adolfo Marsillach, entre otros. Los informes que llegan sobre el defensa holandés todos son buenos. A ellos se suma el aval que significa llegar de un club de la talla del Ajax. Vamos, que el chaval no puede ser malo.
El idioma podría retrasar su debut, aunque que no juegue ante el Milan tampoco debe preocupar. Lo importante empieza contra el Getafe, un club que vagó casi toda la vida por Segunda División B y Tercera, pero desde que logró el ascenso hace cuatro años se convirtó en un conjunto potente, que lleva una línea excelente, pese la marcha de los entrenadores, año tras año.
El partido ante el Milan será una fiesta, bien merecida por una afición que respaldó al equipo en la campaña anterior y ahora, con precios casi doblados, no sólo no falla, sino que aumenta, pese a las incomodidades del campo y a la incertidumbre creada por la irregularidad de la pretemporada.
La guerra del lateral está en plena efervescencia. Preciado no lo quiere. Dice que no lo necesita. Con Sastre, Cámara y Canella, más Neru, está servido. En la planta noble hay más dudas, por eso hay disposición de traer otro jugador, aunque Colin, que jugó en ese puesto, podría adaptarse a esa demarcación. En este caso, sería preciso otro central, según planteamiento del cuadro técnico, aunque se adolece de un organizador, que parece que poca cabida tiene en un estilo de las ideas de Preciado. Ya se sabe que estas cosas son según los gustos.
Queda una semana para que concluya el plazo de tramitación de fichas. Pese a lo que diga Preciado, se va a intentar otro refuerzo, para la defensa, aunque en la última semana nació otra duda, la de la portería. El balón se encargará de disipar esas dudas o de certificarlas, sin olvidar que también habrá que ver cómo están los demás. Problemas los hay que casi todos los sitios.