Mareo congregó a más de 400 espectadores para ver el partido de entrenamiento de la tarde del jueves. Era el primero del holandés Colin, que no va a jugar ante el Getafe, por falta de adaptación.
Por lo visto, tampoco van a jugar el resto de fichajes. Maldonado y Carmelo llegaron a mitad de la pretemporada y no están para 90 minutos. Camacho se recupera de una lesión y Cuéllar parece que perdió opciones en la lucha con Sergio Sánchez por la portería rojiblanca. El domingo se verá.
Por lo visto, parece que Preciado confiará en los que empezaron el partido contra el Milan. Aunque Bilic fue el revulsivo de la pasada campaña, en la pretemporada se vio el buen momento de Barral, con un olfato de gol que el míster quiere aprovechar.
El telón se levanta ante un Getafe que está plagado de jugadores internacionales. Abbondanzieri, Ustari, Cata Díaz, Contra, Ibrahim Kas, Celestini, Guerrón, Soldado y Uche lucieron en alguna ocasión la casaca de su país, aunque no todos son recientes, ni habituales. Es un rival de una de las ligas parecidas a las del Sporting y conviene ganar, sobre todo por el calendario más inmediato que se avecina. Aunque al final todos tienen que jugar contra todos, hay veces que la necesidad que marca la clasificación es una presión añadida.
Lo que tiene ganado el Sporting es el ambiente. El Molinón reventará en todos los partidos, aunque no haya más fichajes. Por cierto, tanto el consejo como el cuadro técnico están en contra de las propuestas de jugadores para fichar que vienen de los máximos accionistas. Dicen que con Hidalgo ya bastó. Unos ven unas carencias que el cuadro técnico no quiere solucionar. Simplemente, porque cree en los que tiene a disposición. Los resultados y el balón darán razones.
PD1: Los nuevos precios para el público son excesivos. Para ver al Getafe será complicado que encuentren 3.000 aficionados que vayan a pasar por taquilla, con un mínimo de 50 euros. Sólo pasará ante el Real Madrid y el Barcelona, partidos en los que las localidades se pondrán en torno a 100 euros.
PD2: Parece que se abrió una especie de guerra civil entre el sportinguismo por los grados de veteranía, según se reflejó en numerosos comentarios anteriores. Si nos dividimos ganará el enemigo.