Antes de recibir al Sevilla y al Villarreal, pensando en que luego vendrá el Real Madrid a El Molinón, ya se hablaba en algunos círculos que luego vendría la Liga del Sporting, es decir, los partidos contra rivales directos en el objetivo de la lucha por la permanencia.
Antes de que venga el Real Madrid, el equipo gijonés irá a Almería. El destino es el más gafe, porque el Sporting siempre perdió en las visitas al campo almeriense, para jugar con la actual denominación de Unión Deportiva Almería. Con anterioridad había empatado frente a otros equipos con el nombre de la ciudad, pero ya desaparecidos.
Es un destino gafe, pero estas cosas valen para las estadísticas. La realidad es que el Sporting visitará a un equipo que aún no conoce la victoria en su campo y que defensivamente tiene muchas carencias, pero no podemos olvidar que llega a este encuentro después de dos buenas actuaciones, con un triunfo en Anoeta, donde dio la vuelta a un partido que iba perdiendo, y un empate en el Vicente Calderón.
Se pueden decir muchas cosas de las condiciones del partido del domingo, de un campo con pista de atletismo, con escasa presión ambiental, del factor viento, de un rival irregular y de muchas cosas más, pero está demostrado que cuando juega el Sporting, el verdadero factor que influye es el propio Sporting. Si en el campo de los Juegos Mediterráneos se repite el primer tiempo copero de Mallorca o el partido de Getafe, mejor ni verlo. Si es el del Sevilla o el del pasado domingo, será otra historia.
El caso es que el domingo se juega un partido de esos que llaman de la Liga del Sporting, aunque vale tres puntos como los otros 37 compromisos, sea cual sea el rival. El primer objetivo es no perder, pero los tres puntos serían un zarpazo enorme en el camino hacia la tranquilidad. Además, alguna vez hay que ganar en Almería.