Si el pasado domingo el derrotismo embargaba al Sporting a través de su entorno, a medida que se acerca el encuentro de Pamplona se aprecian algunas migajas de moderado optimismo.
Preciado parece dispuesto a regularizar la alineación, para lo que necesita siete cambios. El ambiente en la expedición en la capital navarra es bueno y parece que se puede dar el susto a un equipo que sale muy espoleado por su afición, aunque de todos es sabido que las gradas no juega. Si fuera así, el Sporting estaría en Champions.
Camacho tiene prudencia con el Sporting. Su contraataque es temido. El único problema es que los rojiblancos no ofrezcan frivolidades defensivas. Perder no significaría rasgarse las vestiduras. Peor está el Españyol, tras perder en Villarreal, con todas las adversidades posibles a su alcance, aunque los consuelos de tontos no valen. Mejor seguir fuera del descenso, para lo que hay que no perder en el Reyno de Navarra.
Pamplona ofrece buenas sensaciones. El diagramador jefe del periódico es pamplonés y se encuentra en la capital Navarra. Fue una delicia utilizarlo como sherpa para conocer el cogollo y la historia de la ciudad. Gracias, David, por la clase de Pamplona que ofreciste a los enviados especiales y a algunos agregados. Sólo falta que esas sensaciones se transformen en uno o tres puntos. De momento se aprecia un rayo de esperanza.
P. D.: La mala noticia del sábado fue el fallecimiento de Balbino Méndez. Es difícil digerirla. No le dio tiempo llegar al día 16. Era su cumpleaños. No hubiera podido celebrarlo por la cruel enfermedad que se le detectó en el pasado verano. Era amigo de sus amigos y no lo era de sus enemigos porque no podía tenerlos, pero si alguno se tenía como tal también bien podía contar son su amistad. Corazón grande, de buena persona. A veces los días amanecen con cosas increíbles y difíciles de digerir. En menos de un mes se nos fueron Tati y Balbino. Se merecen mis lágrimas. De corazón.