Vega-Arango ya salió a la palestra ante los atropellos de Teixeira Vitienes. Los jugadores no se cortaron un pelo a la hora de censurar al árbitro cántabro. El entrenador, en esta ocasión, es más prudente, tal vez por temor a las represalias de un gremio que tiene vitola de vengativo. Es una fama tiene bien ganada. En este caso no creo que sea por su condición de cántabro,porque parede que con Teixeira no se lleva. Ni bien, ni mal. Simplemente no se lleva.

La afición salía encendida de El Molinón tras el partido. No hay más que ver el reportaje de Noelia Erausquin en Canal 10, emitido en la noche del lunes. El que no lo haya visto, lo tiene a su disposición en la página web de Canal 10 (www.canal10tv.com). Es una muestra de lo que piensa la calle.

El Comité de Competición también dejó en evidencia al colegiado santanderino, al quitarle la amonestación a Barral. Según los argumentos del comité, hubo derribo por desequilibrio, o sea, que fue penalti.

Falta la respuesta de la Federación de Peñas. José María Suárez Braña tiene un boceto de carta para protestar a Sánchez Arminio, pero parece que no se atreve a dar el paso definitivo y está buscando argumentos para no enviar la carta, pese a la postura firme de sus directivos. Todos se lo exigen.

El presidente de las peñas presume de ser defensor de los árbitros. Sería más conveniente que defendiera a los buenos árbitros y no justificara lo injustificable, como fueron los desatinos de su amigo Teixeira, con un clarísimo perjuicio al Sporting. El primer argumento que debe asumir la Federación de Peñas es defender al club, por encima de la amistad de Suárez Braña con Teixeira.

Suárez Braña tiene cosas muy positivas como dirigente, pero estas cabezonerías que no vienen a cuento pueden cortarle su carrera al frente de la Federación de Peñas. Si da preferencia a un árbitro por encima del Sporting, debe dejar el cargo. Si no da el paso, sus directivos deben forzarlo. Después de lo del domingo, la ambigüedad no vale.