El Heliodoro Rodríguez le trae al Sporting buenos recuerdos cercanos. Las tres últimas visitas acabaron en victoria. Hace cuatro años la estrella fue Biagini, que marcó los tres goles de un triunfo espectacular, aunque para relumbrón el de hace tres campañas, con el mejor Congo, un Diego Castro que se salió y una actuación de equipo de las más completas que se recuerdan.
Hace dos años, los goles de Míchel y Pedro encauzaron el camino del ascenso, pese a la presión de las primas de Badiola, quien, afortunadamente para la Real Sociedad y para el fútbol, ya está fuera de la órbita del balón. También deberíamos recordar una racha en los 90 que resultó excesivamente negativa.
Pero, como cada semana, las historias son distintas. Las estadísticas están muy bien para el recuerdo, en este caso de los buenos, pero la realidad es que el Tenerife hizo las cosas bien esta temporada, con modestia. Sin grandes dispendios confeccionó un equipo digno para competir en Primera, con una buena delantera, en la que Nino y Alfaro son los principales puñales. Atrás no es nada del otro mundo y, además, le faltan los dos laterales y un central. La lesión de Bertrán y las sanciones de Luna y Bellvís pueden ser bien aprovechadas por Luis Morán y Diego Castro, si es que son los elegidos.
La línea del Sporting es francamente buena, pero un aspecto positivo es que los chicos del vestuario tienen las cabezas muy bien amuebladas y los pies en el suelo. Así es menos complicado pensar en que se puede sacar algo positivo.
PD.: Es impresionante el número de seguidores rojiblancos que aprovecharon el puente para ir a Tenerife. Seguro que se dejarán notar. Como en todos los sitios.