El triunfo del Sporting sobre el Getafe proporciona tres puntos que saben a gloria, en un encuentro que deja varias conclusiones. Se vuelve a la senda del triunfo, se mantiene una seriedad defensiva y el equipo ofrece una intensidad complicada de seguir, pero sólo lo logra cuando hace las cosas bien, con concentración y un sentido práctico.
El Getafe tiene un superquipo, lo que da más valor al triunfo obtenido, tras una semana en la que se habló poco del partido, por el traspaso de Míchel. El lenense está feliz en Birmingham y contra le Getafe, con el buen papel de Rivera y el trabajo de Camacho, no se le echó de menos. Eso es bueno, porque significa que en casa hay recambios.
Esta semana, en vísperas de ir al Vicente Calderón, donde puede pasar de todo, se hablará de Michu. El Sporting negocia el fichaje con el Celta, pero el chaval tiene mucho recelo de cómo se le recibirá en Gijón. Su oviedismo es tal que parece impedirle verse de rojo y blanco a orillas del Piles, al menos, según comenta con sus íntimos, que no se recataron para contarlo. Flaco favor le hicieron, pero si no quiere venir, no debe admitir que lo fuercen. Si viene, tiene que ser convencido t con todas las consecuencias. También se hablará de Kike Mateo, a quien quieren el Celta y el Numancia.
Por cierto, con Diego Castro aún no se habló para prorrogar su contrato. Sería interesante no dejar pasar mucho tiempo. Ante el Getafe hizo un partido muy completo, es el máximo goleador del equipo, sin tirar penaltis, y es un espectáculo verlo jugar. Está a gusto en Gijón y quiere seguir aquí. Se debe aprovechar la corriente a favor.