En cuestión de horas se documentará y se firmará. Esas son las previsiones, pero el doble acuerdo del Sporting con y el Celta y con Michu puede darse por hecho. También la marcha de Kike Mateo a Vigo. Todo está perfilado, pero falta lo más importante en estos casos, que es la firma. En el fútbol los pactos de caballeros no son materia fiable, aunque aún quedan caballeros.

En Vigo atribuyen a Michu unas manifestaciones privadas, provocadas por la riada de mensajes que empezaron a surgir tras saltar a la luz pública que el ex oviedista podía vestir de rojo y blanco. En todos los sectores del club gijonés se ponen en tela de juicio y el padre, como representante, no se comporta en la misma línea. En este aspecto, estuvo atinado Preciado cuando pidió que se olvidaran pasajes pasado que no benefician en nada a ninguna de las partes.

La operación está perfecta. Kike Mateo no cuenta para el míster y el murciano quiere jugar. En Vigo, sin perder dinero, va a lograr su objetivo. Preciado y Emilio de Dios buscaron un sustituto para Míchel. Considera que el mejor es Michu, un jugador al que el técnico cántabro valora muy alto y tiene ansias de tenerlo cuanto antes en Mareo. Incluso dice que mejora el nivel del equipo respecto a la marcha de Míchel. El jugador va a cobrar el doble en el Sporting, que le da la oportunidad de jugar en Primera. Así, todos contentos.

Mientras sea futbolista del Sporting, Michu merecerá el apoyo total de la grada de El Molinón y del sportinguismo. El jugador, como profesional del fútbol, va a darlo todo por sus nuevos colores. Si no quisiera correr esta aventura, es de suponer que su padre no habría perdido el tiempo en negociaciones. Y que Michu no dude que en Gijón va a ser bien recibido. Además, como pueden comprobar, le sienta muy bien el rojiblanco.

Y para Kike Mateo, mi mejor aplauso. Es un profesional como la copa de un pino. Pasará a la historia como uno de los baluartes del último ascenso. Si todo transcurre con normalidad, no creo que vaya a tener la ocasión de despedirse como se merece, aunque seguro que encontrará un hueco en un partido que juegue el Celta un sábado para venir el domingo a que se le vea decir adiós en El Molinón. Desde aquí, gracias, Kike.