Ganó el Barça en El Molinón. Por juego es un resultado razonable. Los azulgrana tienen una calidad extraordinaria, un toque preciso y precioso, aunque esta noche carecieron de puntería. De quietarse el sombrero el juego del equipo de Guardiola.
La vergüenza es por el representante del gremio arbitral. Un lamentable Paradas Romero, otra vez, perjudicó al Sporting en El Molinón, con una actuación tendenciosa y parcial. Casualidad. El año pasado fue con la mano de Godín, del Villarreal, en la jugada que decidió el partido. Esta noche se ensañó con los rojiblancos, a los que abrasó a tarjetazos, mientras que fue condescendiente con los visitantes. Parecía comprometido con los azulgrana. La jugada del gol fue irregular, con un lanzamiento que debió repetirse en el saque de la falta y un fuera de juego de Pedro, a quien le perdonó la segunda tarjeta, entre otras cosas.
El Barcelona no necesita arbitrajes tan deleznables para ganar los partidos. Es un equipo con la suficiente calidad para mostrar su superioridad, aunque la puntería no hay sido su fuerte esta noche. Paradas fue una vergüenza de árbitro.
La derrota resultó honrosa ante un rival tan cualificado, pero ahora ya hay que empezar a dejarse de honras y empezar a pensar en que hay que sumar puntos.
PD.: Míchel jugó los últimos 20 minutos del Birmingham City-Tottenham. Fue su primer partido en Saint Andrews. El partido acabó en empate a un gol. El lenense fue declarado mejor jugador del partido. Y eso que sólo jugó 20 minutos. Enhorabuena.