‘Tati’ Maldonado ya es historia en el Sporting. El gaditano se marchó con elegancia, pidiendo disculpas por no haber podido ofrecer el fútbol que lleva dentro, el que en su momento despertó la expectación de Emilio de Dios para hacer una de las apuestas más fuertes desde su cargo de director deportivo del club gijonés. En la planta noble de Mareo lo apuntan como uno de los fracasos del técnico.
Maldonado no tuvo continuidad y fue víctima de lesiones, pero su carácter tampoco le ayudó a sentirse metido de lleno en la ideología que Preciado impone en su plantilla, con una actitud que no es la presionante que quiere el míster. Tampoco tuvo suerte. Sus mejores partidos fueron contra el Sevilla, pero uno no sirvió para ganar y en otro fue el sacrificado, tras la expulsión de Canella, para recomponer la alineación.
Se va a Cartagena, donde le deseo que tenga más suerte que en Gijón. Calidad para marcar diferencias le sobran.
Por cierto, su salida de Mareo no fue fácil. En Cartagena hubo dudas del estado físico del jugador, por lo que se condicionó su fichaje a que pasara antes el reconocimiento médico, lo que hizo de incógnito el pasado jueves. El fleco que faltaba lo puso el Sporting. Entraba en los cálculos.
PD.: Mareo sufrió una extraña metamorfosis en el último año. Los más mediocres confunden la fidelidad con el servilismo. Con lo que le gusta a Vega-Arango cuidar las formas, parece que hay algunos detalles que se le escapan o se le ocultan.