A medida que se acerca el partido ante el Sevilla se olvida todo lo pasado, lo malo y lo bueno, para centrarse sólo en los tres puntos de la noche del domingo. Preciado dice tener alguna duda, pero son más las que transmite que las que parecer tener.

El técnico cántabro afronta el encuentro de una forma distinta a cómo lo hizo en los anteriores. Además de concentrar a sus jugadores en La Llorea, mantiene la tensión en la mayoría de los jugadores, porque incluso a puerta cerrada escondió sus intenciones. De todas formas, espero que en este encuentro se aplique el sentido común, con la mejor alineación. Preciado nos tiene acostumbrados a muchos cambios. Serán buenas decisiones si el resultado es favorable.

El técnico montañés, que quiere eliminar presión, valoró los dos goles del Zaragoza en la jornada anterior como aciertos del rival, aunque los dos llegaron en contraataques después de un saque de quina a favor, sin saber aguantar el control del balón, pese a disponer de un jugador más sobre el campo. El fútbol es un mundo de demasiadas disculpas.

El Sevilla viene sin Navas, con quien Manzano no quiso arriesgar. Mejor para el Sporting, aunque el plantel ofensivo del conjunto hispalense es para quitarse el sombrero.

El míster rojiblanco insiste en la concentración. Es la asignatura pendiente. El Sporting es el equipo que más balones pierde en Primera y los errores por la falta de concentración costaron la mayoría de los once goles recibidos. Ante un rival de la calidad del Sevilla no queda más solución que ponerse las pilas desde el primer pitido al último. Es la única posibilidad de aspirar a sumar puntos.