Un año después se cumplió el objetivo. El portugués André Castro, considerado el mejor internacional sub 21 de su época, está comprometido con el Sporting hasta el final de la Liga.

Las voces más autorizadas de Portugal hablan maravillas del jugador portuense, cuya cesión fue negada al Sporting hace un año, porque no se quería romper su vinculación al Olhanense, donde estaba cedido, lo que parece razonable. También se rechazó en el verano, porque entraba en los planes del entrenador, aunque si llega a salir la propuesta de Botas con el traspaso de Canella, el luso hubiera llegado a Gijón en agosto.

Si por una parte se tienen datos favorables, por otra crea alguna desconfianza que en lo que va de temporada sólo jugó un cuarto de hora en un partido liguero y participó en tres de la Copa de Portugal. Pese a este inconveniente, el cuadro técnico rojiblanco insistió en su cesión. Es más, André Castro es el único centrocampista organizador que propuso Emilio de Dios.

El lusitano dará otro aire al centro del campo. Al menos, debe darlo, aunque su presencia relegará al último debutante, Nacho Cases, porque ambos juegan en el mismo puesto, que también parece que es el de Rivera. Sin embargo, en el centro del campo, el jugador que menos prestaciones da ahora es Eguren, quien, como el resto de refuerzos, no acaba de dar el rendimiento esperado. Novo, en la banda, fuera de sitio, apenas aporta algo interesante, Sangoy amagó con dos goles y luego se difuminó y Ayoze es el gran desconocido, con una extraña suplencia, que da la sensación que es provocada por cuestiones extradeportivas.

Cuando se produce una incorporación siempre existe una esperanza de que sea para mejorar lo que hay. Aunque el portugués acaparará la atención del sportinguismo en las próximas horas, no descuidemos lo más importante de la semana, que es ganar al Hércules.