Pasados todos los análisis, críticas, comentarios y conclusiones de los partidos ante el Zaragoza y el Sevilla, la realidad es la llegada del Getafe a Gijón.
Viene un equipo con una buena oferta de concepto de fútbol, con un fino estilo atacante, en el que destaca la rapidez de Adrián Colunga, la fortaleza de Miku, la verticalidad de Gavilán y la eficacia de Manu del Moral. A ellos se suman las ideas que pone Parejo, en su día el estandarte de Valdebebas, cuya cesión no interesó al Sporting y que suena para una posible repesca desde las oficinas de Concha Espina. Creo que no es para tanto.
En cualquier caso, viene un buen equipo, que ahora apunta problemas en la retaguardia y, sobre todo, en la portería, por la lesión de Codina, duda en la recuperación de un problema de espalda, y con Ustáriz en fase de rehabilitación de una fractura de mandíbula.
El Sporting tiene muy clara la situación. En posición de descenso, no queda más solución que puntuar. En casa es obligado hacerlo de tres en tres, aunque choquemos reiteradamente con el problema de ineficacia ante las porterías contrarias. Ya no valen disculpas, ni argumentos de árbitros, rivales, bajas, lluvias o que el empedrado perjudica.
La solución ahora es ganar, meter un gol que el contrario, sin importar si el rival juega mejor o lo hace mejor. Hay que ser superior en el marcador. Ahora, todo lo demás importa poco.