>

Blogs

Ángel M. González

Viento de Nordeste

Capitalidades

El guirigay organizado por Oviedo con la autoproclamación como capital de la sidra pone de manifiesto dos cuestiones a las que ya habíamos hecho referencia en más de una ocasión cuyas consecuencias afectan sobremanera al municipalismo de la región. La primera es la evidencia de la falta absoluta de una coordinación entre los concejos y de los concejos con el Principado para la promoción turística de la comunidad autónoma. La fuerza en ello se va por la boca, pues jamás se ha conseguido armar una campaña ni puntual ni prolongada en el tiempo que participaran juntos en el cantar, de manera coral, de las excelencias como destino del paraíso y sus lugares. Así que cada uno se las arregla por su cuenta, va con su música y sus voces hasta donde puede llegar y de esta forma se ponen en circulación ocurrencias como la del ayuntamiento carbayón alzándose con una marca que no le corresponde.
Oviedo podría haber elegido cualquier otra eslogan para promocionar la bebida patria, pero erigirse en capital se trata de una desfachatez cuando no es la ciudad de mayor consumo, ni produce sidra ni siquiera tiene pomaradas. El alcalde justificó el autonombramiento con un silogismo llamativo y nada inocente: «Si Oviedo es la capital de Asturias y Asturias y Oviedo consumen sidra, Oviedo es la capital de la sidra». Un razonamiento peligroso por la facilidad en el establecimiento de premisas que permiten avalar el afán centralizador del consistorio azul. La reacción de los ayuntamientos de la comarca de la sidra, de los llagareros y de la alcaldesa de Gijón censurando semejante utilización es legítima, incluso desde el punto de vista de la defensa del localismo como doctrina a la que en ocasiones como estas no hay por qué renunciar.
La enseña turística que adopta Oviedo, inoportuna cuando Asturias entera está implicada en la declaración de la sidra como patrimonio de la humanidad por la Unesco, es más que una anécdota. Forma parte de la carrera emprendida por determinado club político, social y empresarial carbayón que, con la aquiescencia del Principado, se ha marcado como meta el reforzamiento de la capitalidad por encima de cualquier otro proyecto territorial. No basta con el reconocimiento de la singularidad en la reforma estatutaria o bombardear el proyecto metropolitano que trata al conjunto de municipios por igual. La voracidad abarca todos los aspectos de la política cultural, económica, universitaria, administrativa, investigadora, etcétera. De ahí surgen decisiones como la centralización de la Guardia Civil, la creación de una feria de muestras o el deseo insaciable de convertirse en el primer polo de la investigación con la complicidad del Gobierno regional. Que se lo pregunten a Villaviciosa. Mientras, en Gijón, desarrollamos parques tecnológicos con nuestro propio dinero, mucha visita y escasa ayuda.
El presidente del Principado, en Fitur, emplazó a aprovechar la llegada del AVE el próximo año como revulsivo turístico para la región. En el mundo capitalino ya empiezan a trabajar en ello para hacer de la estación del Norte en la calle Uría en la terminal central de la alta velocidad. Son los mismos que conscientemente hablan de Asturias como estación término para no decir Gijón. Ojo, por lo tanto, con lo que está por venir.
Por estas mismas razones, la idea de que esta ciudad aspire a la Capitalidad Europea de la Cultura en 2031 es excelente. Hace doce años se planteó una candidatura conjunta con Avilés y Oviedo que hizo agua por las maniobras de Gabino de Lorenzo. ‘Gabino el laico’, como lo apodaba nuestro recordado Francisco Carantoña, consiguió deshacer el proyecto para ir en solitario y, lógicamente, fracasó. Gijón tiene de sobra capacidad para presentar una buena candidatura aprovechando el magnífico legado cultural de los noventa, renovándolo y trabajando intensamente para enriquecerlo con tesón e imaginación. Dijo la alcaldesa estos días que la candidatura es «un ejercicio de empoderamiento» para la ciudad y es verdad que se necesita un objetivo así para despertar del letargo cultural con la unidad de acción que debe reunir un proyecto que abarca más de lo que duran dos corporaciones. Una unidad que tiene que ser política, social, de las instituciones públicas y de las entidades privadas. La autoridad regional avanzó su total disposición a arrimar el hombro para sacarlo adelante. Y una forma de hacerlo, por ejemplo, sería dándole esplendor a Laboral Centro de Arte y colaborando en la financiación de la obra de Tabacalera.

Temas

Sobre el autor

Periodista del diario EL COMERCIO desde 1990. Fui redactor de Economía, jefe de área de Actualidad, subdirector y jefe de Información durante doce años y desde febrero de 2016, director adjunto del periódico.


febrero 2022
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28