Cuando Arcelor presentó el proyecto de descarbonización de la factoría de Gijón en julio del año pasado, durante el acto de firma del memorándum con Pedro Sánchez, Aditya Mittal enumeró tres condiciones para desarrollar el proyecto que vienen a cuento recordar: apoyo financiero sostenible, un marco normativo favorable para competir globalmente y suministro de hidrógeno verde a buen precio. El consorcio anunciado el martes con Enagás, DH2 Energy y Fertiberia supone un paso de gigante para cumplir con una de las tres premisas a las que se refería el consejero delegado de la multinacional siderúrgica y heredero de la dinastía. El resto de condiciones no dependen de la compañía. La Administración tiene un papel decisivo que desempeñar.
Si el plan de Hydeal España se lleva a cabo, se dará el mayor revolcón del sistema de producción de una industria en nuestro país en la evolución hacia la economía verde. Arcelor pasará de ser una de las empresas más demonizadas por sus emisiones a convertirse en protagonista ejemplar de la reconversión medioambiental.
La creación del consorcio para la generación a gran escala de hidrógeno con energías renovables que permita suministrar la enorme cantidad de gas que necesitará Arcelor promete cubrir este requisito fundamental para la transformación de la elaboración de acero en Gijón.
Eso en los documentos, porque como en otros macroplanes surgen igualmente dudas sobre los objetivos propuestos. No en vano, estamos hablando de un volumen de inversión ingente en un plazo muy corto de tiempo con una tecnología aún en desarrollo para lograr un coste que tiene que ser realmente competitivo.
La intención expresada por quienes lideran la operación es tener preparado el entramado del mayor sistema de producción y distribución de hidrógeno verde del mundo en 2025. En apenas cuatro años, quince polos de plantas solares y de electrolisis, gasoductos, estaciones de suministro, nueva cabecera siderúrgica, nueva fábrica de amoniaco, una gigafactoría de electrolizadores, etcétera. A ello hay que añadir previamente la disponibilidad de terrenos, las tramitaciones ambientales y las autorizaciones administrativas. Y finalmente conseguir que el precio de la materia prima resultante sea imbatible por otras fuentes. El reto es mayúsculo como mayúsculas son las expectativas.
Es indudable el carácter estratégico del ‘hub’ que se acaba de constituir para el sistema energético nacional y la reindustrialización de Asturias siempre que sea posible acceder a un suministro que, además de limpio, eficiente y seguro, tenga un coste estable inferior al de los combustibles fósiles. Que seamos destino principal de la red que se plantea incrementará el atractivo de la región como lugar de inversión y en ese sentido también es esperable lo que subrayaba con acierto la patronal del metal. Pedía el líder de esta organización empresarial que los fondos europeos que se destinen a ello tengan un retorno local y aumenten el valor añadido en el territorio. Forma parte de lo mínimo exigible.
Ahora bien, aún no sabemos los efectos que el despliegue de Hydeal España tendrá en la creación del ‘valle del hidrógeno’ en Aboño y en las alianzas empresariales que se han ido formalizando para desarrollar el negocio del gas medioambientalmente sostenible. La entrada de este combustible producido fuera de Asturias de forma masiva hasta el corazón de la industria asturiana puede alterar algunos planes ya que la intención de los operadores que lo impulsan es ir agregando demanda. EdP, por ejemplo, ya avanzó que mantiene sus proyectos para la región, que incluían una instalación generadora de hidrógeno en su central térmica gijonesa, alimentada por la energía producida por un parque fotovoltaico en tierra y otro eólico en la mar, que estaría operativa igualmente en 2025. Enagás, socio del consorcio, tiene otra iniciativa similar junto con Naturgy en la antigua central de Tineo, que daría vida a la regasificadora como lugar de almacenamiento del nuevo gas. Veremos qué pasa al final con los depósitos que hibernan en El Musel.
Y otro que se había subido al carro de la ‘revolución H’ era el Ayuntamiento de Gijón. El gobierno local tiene presentada una ‘manifestación de interés’ en colaboración con otras compañías para su producción como carburante para la flota de vehículos municipales con cargo a los fondos ‘Next Generation’. Doce millones de inversión aproximadamente. Si nos va a llegar hidrógeno a mansalva y bajo precio, igual hay que ir pensando en destinar el dinero a otros sostenibles menesteres.