Obama gana el combate a los puntos
No fue el K.O. que esperaban algunos, ni tampoco la reacción histórica que soñaban otros. El tercer asalto entre Barack Obama y John McCain se saldó con un empate técnico entre ambos candidatos, lo que permite que el demócrata salga victorioso por puntos en el cómputo general de los tres debates.
McCain lo intentó, pero estuvo más centrado en descalificar a su rival que en proponer cosas nuevas. El de Honolulu, especialmente relajado durante todo el debate, no dio importancia a los ataques y continuó con la imagen elegante y calmada que tan bien le ha funcionado en la carrera electoral. Al fin y al cabo, cuando uno gana en las encuestas por más de diez puntos lo importante ya no es rematar, sino evitar cometer errores. Y el Senador por Illinois cumplió su objetivo.
De nada sirvió el exagerado esfuerzo de McCain por distanciarse del actual Presidente y de su política. Especialmente porque, a estas alturas, los votantes ya no le creen. El veterano de guerra siempre ha estado del lado de George W. Bush, tanto para votar como para opinar. Y convencer de lo contrario a un país entero en unas horas de televisión es, cuanto menos, improbable.
Ante un rival que se limitaba a insultar y renegar de la política anterior de su partido, el demócrata sacó sus cartas. Expuso una vez más sus ideas sociales y económicas. Habló de la Seguridad Social y del proceso de nombramiento de Jueces Supremos. Y cerró el debate con la misma elegancia y parsimonia que le han caracterizado hasta ahora. Fue menos emotivo que McCain. Pero, sin duda, más efectivo.
Lo cierto es que Obama lo tiene todo de cara para llegar a ocupar el Despacho Oval. Quedan menos de tres semanas para que los estadounidenses acudan a las urnas, y el tiempo de reacción es ya muy escaso. Si no se equivoca en esta recta final, la Casa Blanca será suya.