Seguro que a muchos de los que nos leéis os ha pasado. A nosotras desde luego que sí. Y en varias ocasiones. Alguien pica a la puerta de tu casa y te ofrece, sobre la marcha, y sin previa advertencia ni mucha información, algún tipo de contrato maravilloso que va a implicar una reducción cuantiosa en la factura de electricidad, de la telefonía, del gas… También puede ocurrir que sencillamente la aparición consista en una advertencia de que algo estás haciendo mal: no has pasado la preceptiva revisión del gas, de la caldera, de cualquier parte de tu vivienda. Es muy probable que, para poder asesorarte bien, te soliciten las últimas facturas de algún suministro o cualquier otro dato…
Y es muy posible que nos pillen en un momento en que no estemos especialmente alerta y caigamos en alguna de las múltiples trampas que estas visitas suelen implicar.
La recomendación en estos casos es muy clara. Hay que tener mucho cuidado y utilizar siempre el sentido común.
Cualquiera que sea la persona que aparezca a la puerta de casa con la propuesta de una empresa tiene que contar, como mínimo, con una acreditación formal y real que demuestre su identidad, la de la empresa a la que representa y su calidad de vendedor, instalador o trabajador del ramo al que diga pertenecer.
Una vez conocida la identidad de nuestro interlocutor, es fundamental no dar información importante. No hay que olvidar que cualquiera de nuestras facturas que dejemos en sus manos puede contener muchos datos esenciales de nuestra intimidad: nombre, apellidos, banco, consumos que realizamos, potencias contratadas, sistemas de seguridad… Es recomendable no entregar ni mostrar ningún documento del que se pueda obtener información que puedan utilizar en nuestro perjuicio.
Por último, no es recomendable en absoluto firmar ningún contrato sobre la marcha sin más. Pueden tratar de convencernos de que hay una oferta ventajosa que se terminará si no hacemos el contrato en el momento. No debemos dejarnos convencer. Lo aconsejable es quedarnos con todos los datos, con las cláusulas del supuesto contrato u oferta, leerlo con tranquilidad y contrastarlo con la empresa que nos lo está ofreciendo en caso de que fueran de nuestro interés.
Si se trata de revisiones, hay que recordar que siempre debe efectuarla una empresa debidamente autorizada y su funcionamiento dista mucho del sistema de aparecer en la vivienda sin aviso previo.
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