Dice Rafa Lorenzo, escritor, cantautor y periodista, que en su casa de La Piñera (Xinestaza, Tinéu ) hay “ratos” pero que él, después de año y medio de estancia en “la casa emprestada” todavía no los vio. Los oye, sabe de su existencia por las huellas de su incesante actividad, pero no se dejan ver. De ahí el título de su último disco: “Ratos invisibles”. Pero también hace referencia la palabra a los“buenos ratos”, esos momentos especiales que su recién estrenada vida rural le va dejando a lo largo del día. Cuando se levanta por la mañana y lo primero que hace es salir a echar un vistazo al huerto, o cuando redescubre esos sonidos de la infancia: el canto de la “curuxa”, del “glayu”, las esquilas de las vacas. O la ya casi olvidada magia del brillo de una luciérnaga en una noche de verano. O la buena vecindad -amable, atenta, solidaria- del mundo campesino
Rafa es uno de esos casos que vemos de vez en cuando -mucho menos de lo que nos gustaría- de la persona que, un poco a contracorriente de las tendencias actuales, decide cambiar lo urbano por lo rural. Un encuentro casual con un amigo de juventud y muchas ganas de dar un giro a su vida, hicieron que, en la primavera del 2017, se asentara en La Piñera, en una vieja casa de campo a la que, con trabajo y grandes dosis de optimismo, fue haciendo habitable y, sobre todo, llenado de vida, música y literatura.
Y la estancia rural dio frutos: además de las satisfacciones del día a día en contacto con la naturaleza y de todas las ventajas de vivir en una pequeña comunidad campesina –que las hay, y muchas- vio la luz su noveno disco, que se presentó en Oviedo el pasado 23 de noviembre. Se trata de una colección de doce canciones escritas en asturiano occidental. Un disco delicioso en el que está muy presente el folclore vaqueiro y que pretende ser un reconocimiento al mundo campesino y una reivindicación de las bondades de la vida rural. Magnificas canciones como “Zapatos de madera”, ”La casa emprestada”, ”Pitusos” o la que da titulo al disco: ”Ratos invisibles” que nos transportan a un mundo de pastores, calor de leña, paisajes de ensueño, fraternidad ancestral… Un disco que sin duda ocupará un lugar de honor en la historia de la música asturiana. Cualidades para ello no le faltan.
Gracias, Rafa Lorenzo, por estar entre nosotros. Gracias por tus canciones y por contribuir con ellas a poner en el mapa de los sentimientos a este Ríu la Fame al que tanto queremos. Que ese lugar tan especial para nosotros que es La Piñera siga inspirándote como hasta ahora. Y que te dé largos años de paz y felicidad. Eso te deseamos de corazón.