>

Blogs

José María Urbano

Diario de un confinamiento

Con cebolla o sin cebolla

Reflexiones desde el #YoMeQuedoEnCasa

Día 34. 

16 de abril 2020

No hay buenas noticias para empezar el día, porque a la estadística terrible de esta pandemia unimos cosas que nos entristecen un poco más o que se vienen a sumar a esa incertidumbre en la que navegamos todos desde hace ya tantos días.

Ha muerto Luis Sepúlveda, el escritor chileno que desde hace años era “de casa”, un activo cultural de esta región que siempre quiso sumar su talento a cantidad de iniciativas. Llevaba peleando contra el coronavirus desde hace semanas –de hecho fue considerado el primer contagiado que se conoció en Asturias, recién llegado de un viaje a Portugal–, pero al final no ha tenido suerte y se ha unido a esa terrible lista de fallecidos. La cultura asturiana se queda sin uno de sus referentes.

Noticia un tanto sorprendente en el ámbito económico y laboral que afecta a Avilés y a Asturias. Hay un cambio de propietario en la antigua Alcoa, desde hace unos meses Alu Ibérica, tanto aquí como en Coruña. Con la prudencia que cabe mantener en estos casos, no es cuestión de recurrir a ese infumable “ya lo decía yo”, pero en mi otro blog, ‘Dame buenas noticias’, quedó escrito hace meses que la opción de Parter Capital-Alu Ibérica para poder mantener todo el negocio y por lo tanto el grueso de la plantilla, sólo podría contestarla el Gobierno a una pregunta sencilla: ¿Va a ser capaz este Gobierno de ofrecer una tarifa eléctrica más o menos similar a la que tienen en Francia o Alemania? Respuesta, también mía: no. Pues a partir de ahí, no nos engañemos: las cubas de electrolisis no volverán a arrancar y se seguirá con la fabricación de aluminio primario a través de chatarra y un horno de refusión. Es decir, 80-90, 100 puestos de trabajo como mucho frente a los más de 300 actuales. Insisto: es un momento para la prudencia, a ver qué pasa con el nuevo accionista mayoritario. Al final, los fondos de inversión no tienen más recorrido que el negocio propio, es decir, el de los rendimientos económicos. Gano, me quedo; pierdo, me voy. O me voy antes de empezar a perder.

Observo, cambiando radicalmente la orientación, que los ciudadanos en general necesitamos ‘vías de escape’ para quitarnos de encima la presión de una pandemia que nos hace vivir una situación insólita para la inmensa mayoría, y por otro relajar esa otra tensión añadida de una clase política, aquí y fuera, que siguen yendo, increíblemente, a lo suyo. Una labor para la que no les faltan voluntarios expertos en crispar el ambiente como sea.

Así que me he detenido en el comportamiento de los últimos días de las redes sociales y me encuentro con alguna sorpresa agradable, que nos indica a todos hasta qué punto necesitamos despejar la mente.

Claudio Díaz Aznar, un vecino de Salinas al que no tengo el gusto de conocer, publicó en las últimas horas en Facebook una información en la que daba cuenta que como trabajador de la UCI del Hospital San Agustín podía afirmar que se estaban haciendo las cosas francamente bien en todos los sentidos, tanto en el trato como en el material que tienen a disposición. Su reflexión provocó 115 comentarios, todos en positivo, y 77 personas compartieron esa información.

Santiago Medina, Santi el del Merlot, utilizó la misma red social para hacerle una nueva declaración de amor a su esposa, Nuria Ventureira, que permanece ingresada en el Hospital San Agustín recuperándose en planta de la enfermedad del coronavirus que la tuvo en la UCI durante días. Santi, contagiado también y confinado solo en su casa, recordó públicamente que el 15 de abril se cumplía el treinta y seis aniversario de su boda y quiso enviarle a su esposa una felicitación especial. 268 personas le dieron al ‘me gusta’ para compartir con el matrimonio el aniversario y la pronta recuperación de ambos.

Pero la palma en cuanto a captar la atención del personal se la ha llevado José Manuel Menéndez, mi amigo ‘Violeta’, que dejando a un lado el nerviosismo de saber si su Zaragoza va a ascender o no a Primera división, lanzó en la red un debate-encuesta tremendo: “La tortilla española, la de patatas y huevos, ¿con o sin cebolla? Se armó la de Troya con esta provocación, que dio como resultado ¡319 comentarios! Al final uno no sabe quien ganó, si hubo empate o si definitivamente alguno ha desistido y se ha pasado a la tortilla francesa.

Hace unos días escribí sobre la polémica que mantienen Bélgica y Francia a cuenta de dónde se comen las mejores ‘pommes frites’, y al tratar de hacer un guiño con la calidad de las patatas gallegas, no sabía que también me iba a jugar el tipo.

Llovieron los mensajes. Óscar López: “En Grao se encuentran patatas de gran calidad”. Alberto Santos: “Las patatas y les fabes de Carreño siempre fueron las mejores”. Manolo Fanjul, desde Langreo: “Las mejores patatas de Asturias vienen de Trevías,  parroquia rural del concejo de Valdés”. Antonio Trevín: “Las mejores patatas son las de Cué (Llanes)”. Juan Wes: “Las mejores patatas de Galicia son de Coristante, entre Carballo y Finisterre”. José Manuel Menéndez ‘Violeta’: “Las mejores patatas son las cosechadas por el suegro de mi hermano Jorge en Ranón”. Y finalmente, el remate de mi vecino Marco Antonio Majada –siento lo de Alcoa, amigo– que me dice: “Yo que tú paraba, ya que vas pa Siero, a degustar unes pataques acompañadas de un cochinillo en el Alto de la Miranda. Buena ruta”.

En fin, la conclusión más acertada es que todos necesitamos destensar todo lo que se pueda ante una situación tan surrealista y tan dramática como ésta que nos está tocando vivir. Así que toca sonreír un poco.

Cuando salgamos de casa. Iremos, seguro, al mirador de La Peñona (Salinas) y veremos al subir las escaleras los candados del amor, aunque en ese momento nos gustaría abrirlos todos como señal de que lo que necesitamos es toda la libertad del mundo, sin ninguna atadura, para disfrutar de ese inmenso mar y sentir nuestros pulmones llenos de aire. (Foto: José María Urbano).

Ánimo.

Esto lo vamos a sacar adelante entre todos. #YoMeQuedoEnCasa

 

 

Temas

Sobre el autor

José María Urbano, periodista, exjefe de Redacción de La Voz de Avilés-El Comercio. Columnista de este periódico. Jubilado. Este es un blog especial con fecha de caducidad. Nace a modo de diario de un jubilado confinado en casa, como la mayoría, por culpa de la crisis sanitaria del coronavirus, con el único objetivo de compartir alguna reflexión, alguna información y algún enlace que nos ayude a todos a sobrellevar esto de la mejor forma posible. Sin más afán que ese, huyendo a ser posible de la política y de la sobreexcitación informativa. Vamos a intentar pasarlo lo mejor posible. Curiosamente, este blog desaparecerá el mismo día que se decrete el final del confinamiento. Ese día nos iremos todos a la calle a celebrarlo