Reflexiones desde el #YoMeQuedoEnCasa
Día 40.
22 de abril 2020
Confinado de mediana edad, barba un poco descuidada, pálido, después de semanas de confinamiento. Abre la nevera y comprueba que está vacía, de meter miedo, y que solo tiene un hermoso piño de brócoli. Se va derecho a la mesa donde tiene el ordenador y coge el teléfono móvil. Marca.
-Hola, buenas tardes, ¿Pizzería Renato?
-Ha llamado a Pizzería Google.
-Disculpe, me debo de haber equivocado de número…
-No, Google ha adquirido la pizzería y le ha puesto su nombre.
-Vale, pues me gustaría hacer un pedido.
-Muy bien, señor Finger, ¿desea su pedido habitual? Según nuestro identificador de llamada las últimas 12 veces ha pedido la pizza ‘Cuatro quesos’, tamaño familiar. Puedo sugerirle que pruebe nuestra pizza vegetal… con ricota, calabacín y delicioso tomate seco.
-No, gracias.
-¿Está seguro señor Finger?
-Claro que lo estoy. Odio las verduras.
-Ya, pero le convendría. Su nivel de colesterol es de 246. Como seguramente sabrá, para evitar riesgos de enfermedades cardiovasculares es conveniente mantenerlo por debajo de 200.
-¿Perdone? ¿Y cómo tiene usted esa información?
-A través de nuestra colaboración con la Guía Médica online. Tenemos los resultados de análisis de sangre de los últimos 5 años.
(Se queda mirando el teléfono perplejo).
-¿Hola? ¿Señor Finger? ¿Sigue ahi? Pedir un tamaño de pizza normal y a cambio una de nuestras ricas ensaladas podría ayudarle con ese problema médico.
-(Elevando la voz). Perdone, pero no tengo ningún problema médico. Simplemente me gustaría pedir una pizza. ¿Y sabe usted qué? Voy a compartir esa deliciosa pizza con mi novia. (Breve interrupción). ¿Hola?
-Una cuatro quesos. Tamaño familiar. Disculpe la confusión. Como tiene una cuenta activa en el buscador de parejas Tinder y además en su navegador, en estos momentos, hay abierta una pestaña de Pornhub.com hemos deducido…
(Espantado, observa en su ordenador que efectivamente tiene abierta la pestaña de Pornhub).
-¿Sigue ahí señor Finger? ¿Hola?
(Cuelga. Y tira el teléfono a la mesa horrorizado).
-(Llamada). Disculpe, la llamada se ha interrumpido. ¿Desea hacer efectivo su pedido? Según la información de su GPS nos llama desde su domicilio. Tenemos anotada su dirección. Una pizza cuatro quesos familiar para usted y su novia.
-(Histérico) ¿Puedo cancelar el pedido?
-Claro, no hay problema, le pasó al Servicio de Atención al Cliente.
-¡Qué! ¡No! ¡Espere…!
-Bienvenido al servicio de atención al cliente de Pizzería Google. Ha expresado su deseo de cancelar un pedido. Su valoración es muy útil para mejorar nuestro servicio.
-(Fuera de sí) ¿Qué c… les importa mi nivel de colesterol? ¡Estoy yendo al médico y tomando la medicación adecuada, joder!
-Discúlpeme señor Finger pero eso no es verdad. Según nuestra base de datos hace 5 meses que compró la última caja de 30 pastillas en la farmacia online Schuber.
-Porque pagué en efectivo.
-La transferencia señor Finger no aparece en el extracto de ninguna de sus dos tarjetas.
-¡Tengo dinero en efectivo! ¡¡En casa!!!
-¿En serio? Pues podemos comprobar que no lo ha declarado en su última declaración de la renta. ¿Está reconociendo que declara menos de lo que gana? Mi deber es informarle de que esa práctica es un delito que. ..
(Tira el teléfono asustado).
Momentos después, sentado ante la cocina de gas observa cómo el piño de brócoli se está cociendo…
(Ayer en Movistar. Corto dirigido por uno de los cineastas españoles más laureados internacionalmente, Iván Sáinz-Pardo. Para no perdérselo).
Da risa, ¿verdad? Pues recordad que os lo dije ayer mismo en este Diario de un confinamiento: Avisados estamos.
Finalizo el diario de hoy haciéndome eco de dos grandes hallazgos. Ahora resulta que la nicotina y los oricios pueden ser buenos para contrarrestar los efectos del coronavirus. ¡Lo que nos faltaba: volver al vicio después de treinta y pico años y convertirse en pescador furtivo para pillar un oricio en la playa del Silencio al anochecer! Ya no saben qué inventar para eliminar el patrón oro del sistema monetario. ¡A ver quién paga ahora un paquete de Ducados y un oricio sin dejarse medio sueldo en el intento!
Cuando salgamos a la calle. Volveremos a ver esas pancartas que lucen por vallas y puentes anunciando la boda de los amigos, señal de que estaremos recuperando la normalidad. ¡Que vivan los novios! (Fotografía: José María Urbano).
Ánimo.
Esto lo vamos a sacar adelante entre todos. #YoMeQuedoEnCasa