Reflexiones desde el #YoMeQuedoEnCasa
Día 46.
28 de abril 2020
Acabo de escuchar al presidente del Gobierno y tengo poco que decir, salvo estar de acuerdo en las directrices que marca el Consejo de Ministros, que estará avalado por la comunidad científica y técnica. Así que amén y a cumplir el plan establecido. Si llevo 46 días haciéndolo a rajatabla, no me voy a oponer ahora, que según parece estoy a punto de salir a la calle. Para que quede clara mi posición. Llevo 46 días encerrado y siempre me ha parecido que no es lógico que mi mujer y yo, que somos los únicos habitantes de esta casa, no hayamos podido bajar a dar un paseo por los alrededores, cumpliendo las cuestiones elementales de distancia y esas cosas. Pero si hay un Gobierno que dice que mejor no, que ya llegará el día, pues no queda otra que hacerle caso. Ellos sabrán los motivos, por supuesto mucho mejor que yo.
Así que, venga, empezamos el camino hacia la normalidad sabiendo que cada uno de nosotros somos los protagonistas indispensables, esenciales, para que esto vaya bien.
Sólo voy a hacer una pequeña crítica. Leo una de las primeras reacciones –todavía estaba hablando el presidente del Gobierno- de un hostelero que criticaba que con una reducción del aforo de su establecimiento no iba a poder vivir. Es lógico que cada uno respire por donde le duele. Pero yo le preguntaría a ese hostelero lo siguiente (me considero un cliente medio que siempre tiene en cuenta a los “de casa”): ¿Usted ha pensado qué garantías me va a dar a mí y al resto de la clientela para que vayamos desde el primer día a su establecimiento? ¿Seguirá habiendo algún establecimiento en donde habrá que seguir pidiendo que, por favor, te limpien la mesa antes de servirte? En fin… prefiero pensar que seguro que todos sabremos estar a la altura.
A punto de cerrar esta página del diario de hoy sigue reunido el comité de seguimiento de la venta de las plantas de Coruña y Avilés a Parter y el escándalo de la ‘reventa’ del 75 por ciento de la posición de Parter en Alu Ibérica al Grupo Industrial Riesgo. Habrá que seguir esperando. (Siempre se puede editar el texto más tarde).
Sorprendente comunicado de UGT sobre el inicio de las negociaciones del ERTE que plantea ArcelorMittal en España por causas económicas y productivas derivadas del Covid 19. Sorprendente no el comunicado, sino la posición de la compañía multinacional si ella misma confirma los extremos de ese inicio de negociación.
Según ese comunicado, la compañía siderúrgica anuncia que, tras ser rechazado el ERTE por fuerza mayor –hay que recordar que fue rechazado por no cumplir los requisitos marcados por la ley– tendrá que tomar otro tipo de medidas que compensen las pérdidas económicas del grupo. Y las señala:
1. Inversiones paralizadas.
2. Salidas no voluntarias, una primera oleada que cifra entre 50 y 100 trabajadores (no especifican más sobre esta cuestión).
3. Aplicación de un ERTE por causas económicas y organizativas durante un plazo de 1 año, para la totalidad de la plantilla del grupo (8.236 trabajadores) sin complemento salarial ninguno
No deja de ser sorprendente que ArcelorMittal, justo en el momento en el que se empieza en todo el mundo la primera fase hacia la normalización de la economía, se plantee unas medidas tan extremas como éstas. Hay que recordar que ArcelorMittal tiene abierto un ERTE desde 2009 que ha manejado a su antojo para cuadrar sus números. Pero que ahora se plantee un anuncio tajante de cero inversiones y el despido de entre 50 y 100 trabajadores, no deja de causar perplejidad. ¿Con el despido de 50-100 trabajadores en España va a cuadrar sus cuentas, que hasta ahora han arrojado beneficios multimillonarios?
Difícil de entender. Estamos hablando de ArcelorMittal, no de cualquier empresa. Estamos refiriéndonos a una compañía que hasta ahora ha sido modélica en su apuesta por Asturias, por sus procesos de modernización de instalaciones, por sus proyectos de futuro, por su apuesta impresionante en los centros de I+D+i, por su colaboración leal con el Principado de Asturias.
Vamos a esperar. Quiero pensar que estamos ante una primera propuesta para iniciar una negociación. Y que la lógica nos dice que esto empieza casi siempre así, con planteamientos de máximos y que luego la negociación se encargará de plasmarse en acuerdos que puedan aceptar todas las partes.
El día también ha traído otras noticias tristes. Ha fallecido Michael Robinson, aquel torpedo del Liverpool que revolucionó a Osasuna y al fútbol español como delantero centro. Tras su retirada, a los treinta años, se dedicó al periodismo en numerosos medios de comunicación, en donde siempre brilló por sus comentarios sosegados, técnicos –con un acento que a veces era difícil de seguir- y con programas en su última etapa, en Movistar +, en donde siempre quiso llegar al fondo de las personas, de los deportistas. De Robinson solo se puede decir lo mejor que se puede atribuir a una persona: le caía bien a todo el mundo, todo el mundo le apreciaba.
Y otra nota luctuosa. También ayer falleció en Gijón Chema Castiello, profesor, director del Instituto Padre Feijoo de La Calzada, miembro activo del grupo de Educación del Ateneo Obrero y experto en la respuesta educativa ante el fenómeno de la inmigración. De hecho su tesis doctoral la centró en ‘Los desafíos de la Educación Intercultural: migraciones y curriculum’.
El recuerdo que uno tiene de Chema Castiello, pese a que solo nos separaban dos años de edad, era el de un líder en la Universidad de Oviedo, al frente de todas las manifestaciones y reuniones que en aquellas fechas se multiplicaban por todas las facultades y lógicamente por la Escuela de Magisterio en la que coincidimos. Chema era uno de los clásicos en todas las asambleas de estudiantes y también en aquellas citas clandestinas, alguna de ellas en plena Plaza de la Constitución, frente al Ayuntamiento de Oviedo, a la que había que asistir siempre con seudónimo a la espera de que la social hiciera su aparición. Reuniones en las que se mezclaban siglas como la LCR, ORT, MCA o PC, en busca de la fórmula adecuada para combatir un régimen frente al que todos permanecían unidos. Tiempos en los que activistas como Luisma Rodríguez, compañero de Chema Castiello al frente de la pelea, terminaron expulsados de la Universidad. Chema Castiello terminó sus estudios, pero nunca perdió su espíritu combativo incluso cuando ocupó cargos de responsabilidad en la enseñanza. Con él se va toda una personalidad de la enseñanza asturiana, reflejada en sus obras escritas y hasta en sus películas.
Hay muchas cosas que se han dado por hechas en la sociedad en la que vivimos y a veces olvidamos que esos logros han venido de la mano de personas con el compromiso y la pelea de Chema Castiello. Adiós compañero.
Al final del día no me dejo llevar por la tristeza y pienso, optimista, que a lo mejor el sábado puedo salir a la calle a pasear como ‘viejo’ que soy.
Cuando salgamos a la calle. Tendremos la oportunidad de disfrutar, al lado de casa, de imágenes como ésta, en la que un cormorán ‘reina’ plácidamente en mitad de la ría, en San Juan, a la espera de empezar el ritual de sumergirse en busca de su sustento diario. (Fotografía: José María Urbano).
Ánimo.
Esto lo vamos a sacar adelante entre todos. #YoMeQuedoEnCasa