A aquella mujer Pumarín le parecía de lo más chic, porque lo leyó en un cartel de la autopista entrando en Oviedo y la velocidad se llevó la tilde: parecía francés. Así, con los labios fruncidos, ese «Pumarín» tan de aquí, con una rotunda ene final, como en «gong», venía a pronunciarse en su cabeza […]
Letras, compases y buenos alimentos para una mirada puntual y distinta sobre lo que ocurre en Asturias, en España y en el mundo. Colaboro con El Comercio desde 2008 con artículos, reportajes y crónicas.