Imagínese que, haciendo caso omiso a las advertencias, va usted alegremente subiendo un puerto nevado con ruedas normales y sin cadenas. Seguramente la Guardia Civil le parará, le retirará de la circulación y, como mínimo, le echará una bronca, con toda razón. Está usted arriesgando su propia seguridad y la de los demás y, como […]