Acabo de recibir una llamada de mi amigo Eulogio pidiéndome ayuda. La verdad, me costó identificar aquella voz desesperada con la del alegre compañero que nos había hecho reír a carcajadas en la cena de cumpleaños que habíamos celebrado en su casa hacía sólo unas horas. Me explicó que esta mañana había salido a devolverle […]