Hoy tocaba salir acompañada y me pareció buena idea acercarnos a un sitio que ninguno de los dos conocía pero del que yo había visto en internet unas fotos impresionantes : el mirador de Santa Catalina o “ Bolera de los moros “. Uno de los miradores más espectaculares de Cantabria con unas increíbles vistas del Desfiladero de La Hermida, valle de Lebeña y Picos de Europa.
Teníamos todos los factores a nuestro favor : buena temperatura, radiante sol, .. Así que sobre las 10 de la mañana y unas empanadillas en las maletas de la moto ( muy útiles en estos casos, algo que yo comprabaría unos meses después ) salimos para intentar aprovechar el día al máximo.
Poco antes de llegar a Arenas de Cabrales, el mirador del Pozo de la Oración nos ofrece estas vistas del conocidísimo Urriellu, el cual, parece posar para nosotros.
En el pueblo de La Hermida, nos desviamos en dirección Puentenansa por la CA-282, una empinada y zig-zagueante carretera llena de colorido y pueblos colgados de la montaña.
No tardamos mucho en encontrar el cartel. Exactamente en el pueblo de Cicera.
Es poco el recorrido pero se agradece que esté hormigonado, pués, al pasar un bosque de hayas la carretera se empina aún más y la última curva se cierra bastante. Me acerco a donde pienso podría estar el mirador, pero una pareja me informa de mi equívoco: “ es por ahí ”, me dicen. No importa, mereció la pena acercarse.
El mono de cuero y el calor dificultan mis movimientos para subir los escalones que nos separan del balcón.
Ahí está, esperando a los que nos acercamos a verle, para mostrarnos una belleza inigualable e, inimitable.
Una imagen vale más que mil palabras…
En días como hoy puede verse la subida a Tresviso.
Sucesión y afloramiento de varias sensaciones: en un primer momento, alegría por estar allí, luego, respeto por mi poco amor a las alturas y, finalmente, dominio. Sí, un dominio de todo lo que se encuentra en un plano inferior a mí, a todos esos vehículos que pasan y se ven diminutos, a esas personas que apenas se distinguen a tanta altura y que parecen liliputienses desde allí arriba. Porque parece que todo es pequeño e ínfimo excepto ella: la Naturaleza.
Es hora de volver que aún quedan muchos kilómetros y decidimos rodar por la carretera de la costa. Llegamos a casa y damos por más que aprovechado el día de hoy. Buena ruta, buen tiempo, un sitio espectacular y buena compañía. ¿ Qué más se puede pedir ?.
V´SSSSS
Mapa de la ruta: