Pese a su cercanía a Oviedo, la capital asturiana, este templo es uno de los menos visitados del Prerrománico. No han sido pocas las veces que por el Valle del Trubia he rodado con mi ´Trailera´ y es que es uno de los mejores paraísos moteros con infinidad de tesoros paisajísticos para recorrer. Pocas son las excusas, o más bien ninguna, que necesito para subirme a mi moto y salir a explorar. En este caso, hasta otra de nuestras joyas prerrománicas: Santo Adriano de Tuñón.
Parece ser que mayo se despedía con pocos días de sol y, aquellos en los que la lluvia no hacía acto de presencia, eran los escogidos para salir a rodar. Y si a ello añadimos que continúo mis andanzas por nuestro Prerrománico, en esta ocasión le toca el turno a esta joya, un destino no muy frecuente para los moteros pero que siempre me ha llamado mucho la atención y que ha superado con creces mis expectativas.
Ubicado en un entorno de gran valor paisajístico, este templo, fue declarado Monumento Nacional el 4 de junio de 1931. Presenta tres naves y tres ábsides con cubierta de madera en el exterior(para más información sobre su construcción: iglesia de Santo Adriano.
Como siempre y sin perder la costumbre,…trato de no perderme detalles,..
Bajarse de la moto en muchas ocasiones te permite disfrutar más de los lugares,..Un binomio perfecto desde luego…
De fondo, oigo el ruido de las motos al pasar,..Ninguna decide pararse en el lugar el cual permanecía solitario bajo un día gris pero no por ello triste. Casi mejor así puesto que,como he dicho en otras ocasiones, el calor y la ropa de la moto no son buenos aliados a la hora de explorar.
Las primeras gotas de lluvia caían sobre el verde prado y, una vez más, encima de mi moto, comenzaba el retorno a mi casa para escribir sobre un papel el destino de mi siguiente ruta.
Espero que os haya gustado. V´SSSS.