No miento cuando digo que hace ya tres años que pasé por esta zona y me quedó en mi lista de “pendientes” este pueblo del concejo de Ponga al que llevaba queriendo conocer hace mucho tiempo. Y es que ya han pasado los meses y sabía que, tarde o temprano, iría. Ese Viernes, por fín, la espera terminó,…Sin rumbo, sin más,… Desde Sevares, me adentré en el Parque Natural de Ponga recorriendo la AS-339 con extrema precaución debido, uno, al mal estado de la carretera y, otro, por la intensa niebla que, poco a poco fue cerrando el paisaje y dificultando la ruta.
El descenso hacia Sellaño, lo haría detrás de un turismo, un Peugeot azul que me sirvió de guía, especialmente, a la hora de cruzarme con otro vehículo en tan angosta carretera. Allí, disfruté de la AS-261 la cual me llevó a encontrarme con lugares como este,..
San Juan de Beleño marca el inicio de la PO-3, una carretera en obras y con un firme en pésimas condiciones,…
En el mirador del Tombu y la Espinera, una par de enamorados se demuestra su amor y la escena, quedó no solo inmortalizada en mi retina,…sino también en mi cámara,..
Una pareja a la que no le importa detenerse para fotografiarme en tan mágico lugar, hoy con unas vistas algo ofuscadas por la niebla,…
El otoño hace eco de su presencia y los colores, en ese momento algo apagados, comienzan a tomar protagonismo,..
Próximo a este lugar, un largo túnel nos dará la bienvenida al pueblo,…como dijeron aquellos chicos: “tienes que parar, es para foto..”. Y así lo hice,..
Al final del mismo, un inesperado recibimiento,…
Al fondo, Sobrefoz,…Tres años de espera que merecieron la pena,…
La noche y la niebla se están cerniendo sobre el pueblo,.. Son casi las 20:30 horas pero parece más tarde aún,… Está decidido, pasaré la noche aquí y mañana, con calma, fotografiaré sus rincones a los que en aquellos momentos apenas podía disfrutar. Estaciono a mi compañera a la entrada del pueblo y a los pocos minutos oigo las voces de un matrimonio de ancianos que decían: “¿Sigue ahí?. Sí, si sigue.. Pues cierra la puerta,..”.. Me pareció que mi presencia les incomodaba, les asustaba,…les sorprendía. Sin embargo, Mónica y Javi, el joven matrimonio que regenta “Casa Severa”, se mostraron conmigo extraordinariamente amables desde el minuto uno que entré por la puerta de aquél bar. Javi se encargó de la comida y Mónica, responsable de los apartamentos rurales, logró hacer que me sintiera como en casa.
El día había dado mucho de sí y a la mañana siguiente, Sobrefoz amanecía rodeado de un mar de nubes en el cual apetecía bañarse,…
Siempre, ante la atenta mirada del imponente Tiatordos que, poco a poco, comenzaba a recibir los primeros rayos de sol,…
Y, al mismo tiempo, la luna se iba alejando,….
Desde la ventana de mi habitación,…los tejados conformaban un paisaje típicamente asturiano,..
Por encima de ellos, .. el paraíso,…
8:00 horas dela mañana y alguno se hizo el remolón para no levantarse,..
Pero otros, entre quienes me incluyo, intentamos madrugar y aprovechar el día a tope,…
Algún que otro cotilla,..
Y algún que otro rezagado,…
Un buen banco en el que descansar,…
Y otro de esos que llaman ” de trabajo”, para que no falte nunca,..
Descubriendo Sobrefoz, sus rincones,….me encontré con un taller de artesanía,..
Y, para quien no lo tenga claro, es en el número 17,… Así lo hacían saber,..
Y no parecía importarles la presencia de gatos negros, sino todo lo contrario,…
Un pueblo con mucho colorido,…
Y otros rincones con encanto, que no pueden pasar desapercibidos,…
Mis “buscados” detalles,…
Y me despido de Sobrefoz entre gravilla, baches y agujeros sabiendo que, desde luego, no volverán a pasar otros tres años para que vuelva a este pequeño paraíso asturiano. Espero que os haya gustado. V´SSSS.