Nos adentramos esta semana en el turístico concejo de Cabrales para subir a conocer una de sus pequeñas joyas: el pueblo de Asiegu en el cual, sentados en un banco, podremos disfutar de una de las mejores vistas de nuestro querido Naranjo de Bulnes (el Urriellu) desde el mirador de Pedro Udaondo. Y, como sorpresa final, la visita de unas GS Girls que, desde Madrid y Barcelona, han venido esta semana a recorrer con sus motos nuestro paradisíaco territorio. Comencemos a explorar un concejo, del que estoy segura que os enamoraréis.
Finales de julio y el calor aprieta sin dar lugar a escapatoria alguna. Nuestro destino, un coqueto pueblo desde el cual podremos abrir una ventana al paraíso. Iniciaremos la subida en Carreña de Cabrales la cual, a través de un empinado y zig-zagueante ascenso de poco más de tres kilómetros, nos llevará hasta él. De fondo, el silencio, únicamente enturbiado por el sonido de los cencerros de las vacas las cuales descansan al sol sentadas en las verdes praderías, será el protagonista indiscutible acompañado de un impresionante telón de montañas.
Con estas temperaturas,.. el agua mejor que no falte..
Alguien ha preferido dejar por hoy el trabajo,..
Y no ha sido el único, por lo que veo,…
Cuestas empinadas y calor, mucho calor potenciado por la incómoda vestimenta motera, la cual pretendí aligerar lo más posible durante la visita.
Una pequeña capilla a la entrada del pueblo, nos recibe a “Trailera” y a mí.
Y no podía faltar nuestra “Santina”,..
Asiegu, por su elevada ubicación, se convierte por sí solo en un auténtico mirador natural a Picos de Europa. Uno se queda sin palabras ante imágenes como esta,..
Y como esta,..
Fácilmente encontraremos rincones que parecen sacados de una postal,.
Desde lo alto, nada que envidiar,….
No nos faltarán bancos solitarios que utilizaremos como atalayas a la tierrina.
Muy próximo, el mirador de Pedro Udaondo , toda una leyenda del montañismo, desde el cual, en una pequeña área recreativa, descansaremos atónitos ante la indescriptible belleza paisajística de la que nos veremos rodeados.
Somos tan afortunados por tener estos rincones tan cerca,… Es época estival y las carreteras están repletas de vehículos. Las terrazas de los bares inundadas de acentos de diversos lugares, de idiomas que ni logramos entender, de gentes que se acercan a conocer nuestro preciado tesoro, nuestra tierrina. Como así lo han hecho tres GS Girls, Eli y Marioling, procedentes de Madrid, y Mayte, que se vino desde Barcelona para explorar juntas el paraíso. Después de su estancia por Riaño, ese día ascendieron hasta el mirador de Camarmeña en el cual uno puede llegar a sentirse de lleno en Picos de Europa. A su bajada, ya en Arenas, me esperaron en uno de los numerosos bares de la zona. Una fugaz presentación(puesto que solo nos conocíamos a través de las redes sociales) y un: “quería enseñaros un sitio antes de iros” por mi parte, al cual accedieron sin apenas pensárselo, nos llevó de nuevo a nuestras monturas y poner rumbo a uno de los lugares de los que es imposible no marcharse con la boca abierta: la playa y la cueva de Cobijeru, en Buelna(Llanes). Un pequeño aperitivo antes de llegar,..
Quien sale a explorar conmigo sabe que se arriesga a cosas como esta y es que, como suele decirse: “la cabra tira pal monte”. Aunque es cierto que tengo que admitir que yo, bajada de la moto durante estas exploraciones, tengo mucho peligro. Si no, que se lo pregunten a ellas,..
Hablamos de que lo mejor, la mayoría de las veces, es no tener un plan y, este, no creo ni que se lo hubieran imaginado aunque, finalmente, todo esfuerzo tiene su recompensa,..
Pero lo mejor estaba por llegar,… Si pudiera describir sus caras con palabras cuando nos metimos por aquél agujero y, poco a poco, no solo oíamos el mar, sino que también llegábamos a verlo….Cobijeru impresiona a quien accede a conocer esta joya de la Naturaleza y mis intrépidas aventureras-moteras disfrutaron del lugar pero yo, sin ellas saberlo, estaba disfrutando de su compañía.
Era hora de irnos. El tiempo pasaba sin apenas darnos cuenta y es que “qué bien se está cuando uno está bien”. En sus rostros, la felicidad pero, a la vez, el cansancio por un día marcado por el asfixiante calor y los kilómetros que ya iban acumulando. El Santuario de Covadonga fue nuestra siguiente parada y, ante la atenta mirada de las personas allí presentes, no pudo faltar la foto de rigor.
Tres moteras que han hecho de un día cualquiera un día especial. Con su naturalidad y espontaneidad han logrado romper las barreras que puedan existir en cualquier red social y es que, en estos casos, éstas son las que me han acercado a personas como vosotras. Entre risas e historias de nuestros viajes despedimos una jornada inolvidable. Gracias por visitarnos Eli, Marioling y Mayte, y no os olvidéis de regresar al paraíso porque aquí, aún queda mucho que ver y, por supuesto, espero que lo hagáis de la mano que os brindo para ello.
Espero que os haya gustado. V´SSS.