¿Y si cerramos los ojos por un instante e imaginamos un lugar mágico al cual poder trasladarnos?. Un lugar en el que los árboles adquieren formas caprichosas y en el que todo puede convertirse en realidad,…Un lugar alejado del ruido, del estrés, de complicaciones. Pues bien, ese lugar existe y nos está esperando así que, cerremos los ojos y vayamos a visitarlo.
Octubre se presenta como un mes seco. Apenas ha llovido últimamente y eso, tristemente, se acusa en los paisajes. Si bien es cierto que conozco este lugar salpicado de nieve, húmedo y en todo su esplendor, en esta ocasión, la ausencia de agua hizo que presentara un aspecto diferente al que suele tenernos acostumbrados, sin perder por ello su belleza.
Eran las 10:30h cuando quedé con mi compañero de ruta para poder tachar de su lista de “pendientes” este lugar del que, llevaba tiempo esperándonos. Tras un corto café en el bar de la gasolinera de Pola de Lena, salimos rumbo a Ciñera de Gordón rodando por el Puerto de Pajares, afortunadamente, poco concurrido de tráfico. Como bien dijo Carlos, esta es una nueva modalidad de turismo, el “moto-senderismo” y es que a ninguno de los dos nos cuesta bajarnos de la moto cuando el resultado puede ser algo tan sorprendente como el de esta ocasión. En un rincón del pueblo, estacionamos nuestras monturas a la sombra en un día que lucía caluroso y soleado.
Una vez realizado el ritual de despojarnos de cascos, cazadoras,… lo cual, siempre lleva su tiempo, salimos rumbo a un pequeño paraíso de nuestras vecinas tierras leonesas: el Faedo de Ciñera. Poco más de 1,5 kilómetros de caminata que nuestras botas de la moto no sufrieron para nada.
Numerosas indicaciones en el camino…
Un camino que, en un día festivo, estaba plagado de visitantes..
Una ruta apta para cualquiera: niños, padres,..y, por supuesto,…para nuestros amigos peludines.
Justo a la entrada del Hayedo, este cartel informativo,..
Y es que adentrarse en este espacio mágico nos lleva a un mundo de cuento de hadas,…
Perfectamente acondicionado para su visita, este espacio nos pide a gritos que no lo destruyamos.
La afluencia turística en un día como ese fue bastante significativa..
No quise perder detalle alguno,…
Ni mi compañero de ruta tampoco por lo que se ve,…
Durante el pequeño paseo, son frecuentes estos carteles a ambos lados de la pasarela,..
Salir del hayedo nos lleva a otro lugar no menos mágico, las Hoces de Villar,…
¿Y si entramos?…
Impresionante y coqueto lugar …. Creo que sí, Carlos,…que lo has encontrado….
Nuestro “comedor” no pudo haber sido mejor,…
Espero que os haya gustado..V´SSSS.