Mediados de Julio y el calor aprieta. Eran poco más de las 10:30horas de la mañana cuando Antonio Isaac Rodríguez Tesón(de Tesón Servicios Deportivos) y yo, recibíamos a un grupo de moteros procedentes de Madrid.
Guiados por Martín Viribay Herrero, presidente del BMW Road Touring España, huían del asfixiante calor de sus tierras tratando de gozar de nuestro clima, nuestra gastronomía y, por supuesto, de nuestras gentes, paisajes y sus motos.
Unos cafés rápidos y una puesta al día más fugaz aún fueron la antesala de algo que auguraba ser inolvidable. La “tierrina” nos esperaba y estábamos dispuestos a explorarla. Así que comencemos…
Satisfaciendo los gustos de Martín, nuestra primera parada fue a pocos de kilómetros de allí, concretamente en el Santuario Virgen de la Cueva donde, mientras recorrimos su belleza, nuestras monturas nos esperaron. Nuestro madrileño quiso tomarse la visita con calma y disfrutar del lugar.
Y no quiso irse de allí sin ponerle su vela a la Virgen.
Aunque no fue el único..
Jenniffer y César hicieron lo mismo..
El lugar es maravilloso y la belleza del mismo parece rozar lo irreal.
Por supuesto había que inmortalizar aquél momento y de ello se encargó Toño. Las primeras risas del día comenzaban a asomarse..
De nuevo en la carretera buscamos uno de esos desvíos que tanto me gustan y, en esta ocasión, para llegar a nuestro siguiente destino, nos adentramos en la AS-339 en la cual parece que no fuimos los únicos…
Al poco de pasar el pueblo de Santillán ascendemos por una vertiginosa carretera atravesando pueblos como Carbes. Ya va quedando menos para llegar a nuestro destino: el mirador de la Collada(Amieva).
Ese día estaba para ello.El cielo despejado invitaba a subir hasta un lugar al que, como dijo Martín, “hay que subir aposta”. Se respiraba paz y tranquilidad, nada diferente a las últimas veces que estuve aquí. Estacionamos nuestras motos..
Y disfrutamos del lugar y de lo que tenía que ofrecernos. Suspendido en el aire, no necesita ninguna barandilla ala que asomarse porque, por sí mismo es todo un mirador natural. No hay más que ver dónde se encuentra ubicado..
Nuestras cámaras no paraban de sonar y es que el paisaje que se abría ante nuestros ojos dejaba a cualquiera sin palabras.
El tiempo pasaba a velocidad vertiginosa y nuestros estómagos comenzaban a rugir. Se acercaba la hora de comer y para ello , nuestro punto de encuentro sería el mítico Chiringuito Motero de Arriondas, al cargo del cual tenéis a Bea Peláez y al que os recomiendo que os acerquéis cuando estéis por la zona. Dos horas de intercambio de palabras, impresiones, risas,..
Para volver rumbo a un imperdible en Asturias y en el que Martín, de nuevo, volvió a sentirse “como en casa”: Covadonga.
En primer lugar visitamos la Santa Cueva.
Y de ahí a la Basílica, en cuyo interior se agradecía el poder disfrutar de una fresca temperatura ante el sofocante calor del exterior que, unido a la incomodidad de llevar la ropa de moto, dificultaba nuestro paseo.
La tarde avanzaba y tocaba culminar esta ruta con una maravilla del oriente asturiano: la Cuevona, en Ribadesella.
Demasiado masificada estos días, visitarla es salir de allí extasiado ante su descomunal belleza.
La Naturaleza es la mejor artista que conozco, la que mejor modela las formas, la que realiza obras como ésta en la que el hombre puede llegar a sentirse diminuto.
Un broche de oro a una ruta y a un día en el cual la moto y, por supuesto, Asturias, fueron los protagonistas. Esperamos volver a ver pronto a estos moteros por tierras asturianas, por el paraíso, por nuestra casa.
Espero que os haya gustado.V´SSS.